Gente que Cuenta

Cafeinómanos,
por Victorino Muñoz

Edouard Vuillard Atril press
Edouard Vuillard,
Mujeres tomando café, 1893
Fuente: https://www.meisterdrucke.ie/

Cuando afirmo que no bebo alcohol ni fumo, nunca falta alguien que me señala con el dedo diciendo que yo sí consumo café. Lo curioso es que tales objeciones provienen de personas que tienen vicios peores, o que llevan una vida sedentaria, consumen comida chatarra, toman gaseosas…

Y pues, he tenido no pocas discusiones, en el buen sentido, con esa gente que afirma que dicha infusión aromática es una droga y de las peores. Pero yo difiero, por diversas razones que a continuación explico.

Comúnmente lo que se define como drogas tiene que ver con una triple vertiente: efectos inmediatos, efectos a largo plazo y dependencia. Así, pues, en primer lugar, se consideran drogas aquellas sustancias químicas que pueden cambiar el funcionamiento del cuerpo y la mente.

¿Sucede esto con el café? Yo digo que no. He hecho la prueba de estar un día sin café, y hasta varios. Mi rendimiento físico y mental no varía, en lo absoluto. Tampoco sucede con el café que las personas puedan realizar tareas que normalmente no harían, como con los esteroides. Tampoco es un psicotrópico ni alucinógeno, etc.

En relación con efectos a largo plazo, la cosa va 50 y 50. Es cierto que el exceso puede afectar el hígado; pero, ¿cuál exceso no es perjudicial? Incluso esto aplica a cosas que no pueden ser consideradas drogas. En segundo lugar, cuando se trata de dejar o disminuir el consumo de una sustancia, se produce lo que se conoce como síndrome de abstinencia. Y esto sí lo experimentan los bebedores fuertes de café.

Claro, lo que sucede conmigo es que soy moderado: solo tres tazas al día (el límite recomendado es cuatro). Hay gente que anda por las ocho y hasta diez tazas. De paso, algunos lo toman bastante oscuro o tinto.

Con respecto al último punto de que hablábamos al inicio, se señala que la adicción al café es una de las más difíciles de superar; de hecho, se dice que muy pocos lo dejan. Aunque en realidad no existe una cifra específica, una media de personas que han superado la adicción a la cafeína.

Y es que muchas fuentes señalan que la dependencia de la cafeína no se considera un problema que requiera tratamiento médico en la mayoría de los casos. Tampoco he escuchado que las autoridades sanitarias de algún país hayan emitido una alerta por el hecho de que la población toma mucho café.

Yo diría que el café puede ser un estimulante; mas no una droga. Pero si es una droga, es la más inocua de todas. Y como todavía no he leído una noticia en la que se diga: “se tomó tres cafés y mató a la suegra”, no lo he dejado ni pienso hacerlo.

Y con esto concluyo, porque me voy a tomar un cafecito. Me toca mi dosis de esta hora.

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Victorino Muñoz valenciano, autor de "Olímpicos e integrados", ganador del Concurso de Narrativa Salvador Garmendia del año 2012 y "Página Roja", publicado en la colección Orlando Araujo en el año 2017. rvictorino27@hotmail.com Twitter:@soyvictorinox Foto Geczain Tovar
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