“Soy un atraco” Quien así se expresaba era un joven profesor de secundaria, de tez blanca, estatura promedio y algunos kilos de más. Nariz pequeña y un ligero prognatismo. No era lo que podría llamarse un Adonis, sin embargo, él se lo creía, así como también la idea de que las adolescentes liceístas sentían su atractivo. De allí su aseveración.Eso no es ni malo ni bueno, esa es su creencia, y mientras no perjudique a nadie, ni siquiera a él mismo, no hay problema.La dificultad se presenta cuando es todo lo contrario, cuando nos vemos defectos, malformaciones o incongruencias en nuestro físico que afectan nuestra salud mental. Existen personas que magnifican los pequeños detalles de su rostro, que es lo más frecuente, y se someten, no a una sino a varias intervenciones quirúrgicas estéticas.Vaya como ejemplo el caso particular de una joven mujer que inicialmente fue diagnosticada como un trastorno mixto de ansiedad y depresión y posteriormente surgieron elementos que la calificaron como...