Discúlpame pero perdóname,
por Victorino Muñoz
¿Que te perdone, yo? ¿Que te perdone?
El santo Cachón
Hay una nueva corriente de pensamiento que predica el perdón a toda costa y ante cualquier circunstancia. Según los devotos de esta tendencia, hay que perdonar para liberarse, para no llenarse de odios.
Perdónenme, pero yo disiento de estas posiciones. Y no porque sea rencoroso. Quienes me conocen saben que más bien tiendo a ser tibio, cuando no frío, en las reacciones emocionales. Así que no atesoro odios.
No obstante, cuando una persona ha actuado de mala fe hago como con esas tiendas donde no nos tratan bien: no vuelvo, no paso por allí, cruzo la calle, sigo de largo, compro en otro lado. O no compro nada.
Aclaro y enfatizo: no estoy molesto, ni dolido siquiera. Con las personas y las tiendas es una decisión que tomo de ...