Gente que Cuenta

El hilo invisible,
por Alfredo Behrens

Edvard Munch Atril press 1
Edvard Munch,
Melancolía, 1892
Fuente: https://commons.wikimedia.org/

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Una amiga mía compartió recientemente algo que me hizo reflexionar sobre las dinámicas peculiares de las amistades de la infancia y cómo evolucionan a lo largo del tiempo. Había sido invitada a su reunión de liceo y se encontró dividida entre la emoción y una extraña sensación de inquietud.
“Sabes”, me dijo mientras tomábamos un Tannat, “me di cuenta de que nuestro grupo escolar era como un hilo invisible que nos conectaba a todos, incluso décadas después. Éramos espejos unos de otros en aquel entonces, reflejando quién pensábamos que deberíamos convertirnos, cómo se veía el éxito, qué importaba”.

Su observación me pareció particularmente perspicaz. Durante esos años formativos, nuestros grupos de compañeros se convertían en laboratorios donde experimentábamos con la identidad, poníamos a prueba los límites sociales y desarrollábamos nuestro sentido del yo en relación con otros. Las experiencias compartidas crean una especie de memoria colectiva que nos acompaña mucho después de la graduación.

Pero entonces llega la divergencia inevitable. La vida lleva a las personas en direcciones diferentes. Algunas se quedan cerca de casa, construyendo vidas que honran la tradición y la continuidad. Otras se aventuran lejos, persiguiendo sueños o simplemente siguiendo oportunidades dondequiera que las lleven. Ningún camino es inherentemente mejor que el otro, sin embargo, ambos grupos a menudo se encuentran midiendo sus decisiones contra lo que observan en sus antiguos compañeros de clase.

Mi amiga describió las emociones complejas que surgen cuando viejos amigos de la escuela se ponen en contacto después de años de silencio. “Hay un cariño genuino ahí”, dijo, “pero a veces siento algo más también. Es como si estuvieran buscando tranquilidad de que sus propias decisiones fueron las correctas, o quizás sienten curiosidad por el camino no tomado”.

Notó que las invitaciones más persistentes provenían de quienes parecían más interesados en recrear las dinámicas sociales de su juventud. “No es malicioso”, se apresuró a aclarar. “Creo que viene de una necesidad muy humana de dar sentido a nuestro propio viaje comparándolo con el de otros. Cuando alguien de tu pasado elige un camino drásticamente diferente, puede sentirse como un juicio implícito de tus propias decisiones, incluso cuando no fue la intención”.

La psicología detrás de esto la fascinó. Se dio cuenta de que las críticas o la presión para “volver al redil” raramente reflejaban algo sobre la persona que se había alejado. En cambio, a menudo revelaban conflictos internos en quienes hacían las críticas. Tal vez albergaban sus propios sueños de aventura que permanecieron sin cumplir, o quizás necesitaban validación de que la estabilidad que habían elegido valía la pena.

 

Alfredo Behrens Atril press
Alfredo Behrens es PhD por la Universidad de Cambridge, ha sido profesor de Liderazgo para grandes escuelas de negocios y publicó o fue premiado por las universidades de Harvard, Princeton y Stanford. Tiene cuatro hijas, y con su mujer Luli Delgado vive en Oporto, Portugal, desde 2018. Algunos de sus libros pueden ser comprados a través de Amazon. alfredobehrens@gmail.com
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