Gente que Cuenta

Nenúfar,
por Lucy Gómez

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Claude Monet,
Nenúfares, 1906-1907
Fuente: https://www.wikiart.org/

Mi primera reacción fue la sorpresa.

Era una niña, no había visto nunca una flor que saliera del agua. Me acerqué a la orilla de la pequeña laguna del parque, para ver si era un ramo que habían puesto allí. Pero no, eran nenúfares. Luego los volví a ver en el Jardín Botánico de Caracas y en un parque privado bellísimo, también caraqueño, Topotepuy.

Siempre pensé que ni los nenúfares ni los lotos eran plantas para cultivar en casa. Así que he leído con admiración y respeto, por el inmenso trabajo de botánicos y viveristas, las noticias que de vez en cuando llegan sobre concursos en los que participan sus cultivadores y los jardines botánicos que los promueven.

Uno de los más famosos, una iniciativa del Denver Botanic Gardens, l Waterlily Weigh-off, valora un aspecto de la fisiología de nenúfares gigantes, su capacidad de soportar pesos. Por dentro son un entramado de nervaduras que permite la firmeza del disco vegetal de donde salen las flores y lo mantiene firme. En la competición les colocan encima hasta sacos de arena. En la competencia de este año ganó el Bok Tower Garden de Florida, con una planta que soportó un poquito más de 83 kilos.

Ya habían ganado un lugar privilegiado en la historia del arte. Son algunas de las flores blancas que a veces se ven en las manos del arcángel Gabriel en los óleos antiguos de la Anunciación (hay ocasiones en que le pintan azucenas) y el personaje principal de una serie de Claude Monet, que los pintó alrededor de 250 veces al final de su vida.

Hoy destaca su variedad de colores y la posibilidad de tenerlos en nuestros hogares. Es verdad que se originaron en lagos y charcos lejanos de África y Asia, que en el Egipto antiguo eran plantas sagradas, pero hoy no son plantas exclusivas. Existen especies pequeñas que han inundado el mercado, los mini nenúfares. Así que puedes tener uno que llegará por correo con las raíces desnudas y se puede trasplantar en cualquier época del año. Lo que sí es un requerimiento ineludible es que reciba luz de sol, de cuatro a seis horas. Se coloca en el fondo de una maceta grande, sin huecos por debajo, en un sustrato arcilloso o una mezcla para plantas de acuario, generalmente mezcla de turba y arena, donde se siembra la planta.  Se acomoda el rizoma, sin cubrir el punto por donde va a crecer y se recubre con un poco de grava, para evitar que se haga un pantano. En medio de la tierra se le mezcla el abono para acuáticas que consigas.

La profundidad del recipiente debe ser de 30 a 40 cts., medida desde la parte de arriba de la maceta a la superficie del agua. Luego espera un par de meses a que crezca y florezca.  De la mezcla de los nenúfares rústicos con los tropicales se han logrado especies resistentes al frío con azules y púrpuras de tonos intensos, además de nuevos tonos de rojos y rosados.

Lucy Gómez
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años. es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores. lucygomezpontiluis@gmail.com
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