Se le atribuye al colombiano multidisciplinar José María Torres Caicedo, hacer mención a la América del Sur, como América “Latina”, en un poema suyo (“Las dos Américas”) de 1857, entre otros posibles “querellantes” del adjetivo. Situaciones geopolíticas de la época, entre expansionismos de unos y colonialismo de otros, provocaron cierta aversión de todo lo anglosajón a algunos intelectuales sudamericanos, Torres Caicedo entre ellos.
Había una necesidad de afirmación de conceptos y separar la América del Norte “anglosajona”, más promovida, de la casi olvidada América “latina e hispanoparlante”, problemática y febril (parafraseando al tango Cambalache), era substancial …
Y el Brasil ?, bueno, es otro continente también “latino”, dónde se habla portugués! La soñada integración latinoamericana no parecía tan sólida debido a los antecedentes históricos, incluyendo las identidades nacionales que fueron germinando en los diferentes territorios a lo largo del siglo XIX.
Pero volviendo a los tiempos de hoy, de ahora, cuando la desigualdad entre países, el modelo de globalización que rige, contribuye para el aumento de la pobreza, cuando al mismo tiempo surgen los contextos de lo que se podía y no se puede o no se debe más, cuando se combate la exclusión en sociedad, favoreciendo oportunidades y programas de acceso a todo ser humano por igual, oponiéndose a preconceptos sociales, raciales, de deficiencias, géneros, educacionales, … ¿cómo aceptar según algunos, una denominada América caracterizada como “Latina”, que refiere el antiguo dominio colonial de españoles y portugueses sobre las tierras del Nuevo Mundo del Sur, en detrimento de los pueblos nativos o de aquellos traídos como esclavos ?
Les dejo la pelota rebotando …
Roberto Managau, uruguayo, reside en São Paulo desde 1982.Es fanático del Fútbol, de la Segunda Guerra Mundial, y dirige un espacio de arte uruguaya.