En días pasados nos llegó un documental sobre Venezuela que nos pareció particularmente interesante y que queremos compartir con ustedes, no sin antes pedirles que por favor presten atención a algunos detalles importantes.
En primer lugar, cabe destacar que NO se trata de un video, plataforma que vendría a establecerse muchos años después, sino de una película, filmada en el entonces recién estrenado Technicolor, y hasta donde sabemos fue la primera filmación sobre Venezuela hecha en colores.
Fue realizado para Metro-Goldwyn-Mayer por James A. FitzPatrick, (1894-1980) a la sazón productor, escritor, escritor y narrador de una serie de documentales sobre diferentes lugares del mundo a lo que llamó “La voz del globo” y llegó a crear cerca de 300 programas.
El episodio que les presentamos fue filmado en 1939.
Lo primero que llama la atención es la llegada al país del cineasta por el puerto de La Guaira, ya que la construcción del aeropuerto Internacional de Maiquetía se inició durante el gobierno de Eleazar López Contreras en un terreno que Charles Lindbergh había recomendado como idóneo en 1928 durante su visita, y fue inaugurado en 1945 por el General Medina Angarita. Tampoco existía la autopista Caracas-La Guaira, que sería inaugurada en 1953.
Subieron por la sinuosa “carretera vieja”, como se le conoce hoy en día. Más o menos 37 kilómetros de recorrido por un camino estrecho y dicho sea de paso, según se puede observar no parecería estar pavimentado con asfalto.
Al llegar a “una de las ciudades más progresistas de América”, como la califica el narrador, nos vamos a encontrar con la ahora inexistente ciudad de los techos rojos, que para ese entonces contaba con algo más de 200.000 personas, mientras que Venezuela registraba poco más de tres millones y medio de habitantes.
En esa época no existía el Hotel Ávila, inaugurado en 1942. El gran hotel de la ciudad era el Hotel Majestic, famoso por recibir a Carlos Gardel en su visita a Caracas.
El equipo de filmación llegó en 1939 al Hotel Jardín en Maracay, construido por Juan Vicente Gómez, fallecido en 1935.
Para ese momento, el presidente de la república era el general López Contreras, quien, bajo el lema de “calma y cordura” consiguió llevar al país a una transición hacia la libertad política. A López Contreras, por ser de constitución muy delgada, lo llamaban “el sequito”, y el pueblo, siempre ocurrente, resumió el nuevo orden de gobierno diciendo: “el sequito se quitó el séquito”.
A pesar de que el narrador reseña la riqueza petrolera, las imágenes muestran la importancia del cultivo de varios productos, entre ellos la caña de azúcar.
Podrán apreciar también imágenes emblemáticas del país, tales como el lago de Valencia, el Caracas Country Club, y la casa natal de El Libertador, decorada con los cuadros de Tito Salas.
El locutor comenta su agradable impresión por el nivel de paz que encontró en el país bajo su actual gobierno y, al referirse a Simón Bolívar y la gesta de Independencia, y al mostrar el campo de Carabobo, señala que, en apenas una hora, la famosa batalla logró la independencia de Venezuela. No sabemos a ciencia cierta si este dato es correcto.
Nos resultó muy interesante ver cómo nos retrataron ojos extranjeros y es por eso por lo que le recomendamos que lo vean y, si pueden, lo compartan entre sus contactos.
Saludos,
La gente que cuenta