La relación entre madre e hijo es, sin duda, una de las dinámicas más profundas y extensamente estudiadas en la psicología del desarrollo. Su importancia radica en la precocidad de su establecimiento, un lazo que, simbólicamente, comienza incluso antes de la concepción con el anhelo y el deseo de la maternidad. Una vez que se concreta la gestación, inicia una etapa de cuidado mutuo, donde la madre provee el entorno vital, y el futuro hijo moldea tanto el cuerpo como la psique de su cuidadora primaria.
Este vínculo inicial se refuerza a t...