En este mundo increíble y aterrador de la niebla, algunos dieron rienda suelta a sus bajos instintos y comenzaron los asaltos, los atracos, el saqueo de las tiendas. La policía, completamente impotente, nada podía hacer y la ciudad de Londres fue presa del terror. Luego para agravar la situación, comenzó un frío intenso y mucha gente que, desorientada vagaba por las calles, terminó muriendo a la intemperie.
En medio de este panorama aterrador, se sabe de un episodio increíble; un grupo de fanáticos de la ópera, que habían podido llegar hasta el Teatro Sadler Wells a presenciar La Traviata, vieron con horror, cómo durante la presentación del primer acto, la niebla invadía el teatro, en forma tal que ocultó por completo a director, cantantes y al mismo público. La función no pudo continuar.