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Esta semana no podía decidirme si escribir acerca de las “sincronicidades”, sobre el curioso título del capítulo de un libro de Colin Wilson, existencialista inglés (1931-2013) o intentar una disertación sobre el arroz.
Todos me parecían temas con potencial, así que decidí ponerlos al fogón en mi cabeza a ver si les sacaba algo de sabor, mientras cocinaba una paella.
Sobre el arroz me preguntaba el por qué de esa curiosa tradición de lanzar arroz a los recién casados. Al parecer es un ritual de origen asiático, donde el arroz era un poderoso símbolo de vida, que se extendió a las bodas occidentales para auspiciar la fertilidad, prosperidad y abundancia.
Yo tengo otra teoría que dejo para el final.
A propósito de las sincronicidades, o “coincidencias significativas”, leí que hay “poderes” fuera de nosotros que organizan las casualidades y de alguna manera nuestro inconsciente puede influir sobre el mundo exterior. Esto me hizo intentar expandir la calidad de mis pensamientos a ver si puedo materializar al menos una buena paella.
Sobre el título del capítulo tres del libro de Colin Williams: “Como perder amigos e indisponerse con la gente”, debo decir que me impactó por lo radicalmente opuesto a lo que uno escucha por ahí de tantos de esos que llaman “life couches” o “influencers”. Al final trataba sobre las rivalidades personales y profesionales entre Freud y Jung.
En fin y como no se me da bien la cocina, ni escribir sobre tres temas a la vez, decidí ir a un restaurant español a comerme la consabida paella, con unos buenos amigos, que espero no perder, ni indisponer.
Y me disculpo, si estas líneas resultaron un verdadero “arroz con mango”.
Sobre esa otra teoría de porqué se lanza arroz a los recién casados, y para terminar al menos con algo de humor y que todo no esté perdido en esta inconexa crónica, la respuesta es la siguiente:
“Porque si se divorcian, todo es pa’ella…”
