Gente que Cuenta

Relación madre hijo, por Getulio Bastardo

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Charles Walch, (1898 – 1948)
Madre e hijo pequeño, detalle
Fuente: https://www.meisterdrucke.us/

La relación entre madre e hijo es, sin duda, una de las dinámicas más profundas y extensamente estudiadas en la psicología del desarrollo. Su importancia radica en la precocidad de su establecimiento, un lazo que, simbólicamente, comienza incluso antes de la concepción con el anhelo y el deseo de la maternidad. Una vez que se concreta la gestación, inicia una etapa de cuidado mutuo, donde la madre provee el entorno vital, y el futuro hijo moldea tanto el cuerpo como la psique de su cuidadora primaria.

Este vínculo inicial se refuerza a través de la respuesta familiar. Es común que el entorno se vuelque a prodigar atenciones y cuidados a la madre y, por extensión, al nuevo ser en camino. Esta red de apoyo es crucial para el desarrollo de un apego seguro y el fomento de un sentido de bienestar en el bebé. La calidad de esta atención inicial sienta las bases para la salud emocional y la capacidad de relación del individuo en el futuro.

Sin embargo, el instinto de protección, llevado al extremo, puede convertirse en una dinámica de sobreprotección. Es imperativo discernir entre el cuidado esencial y el exceso que impide la autonomía. Una crianza excesivamente controladora o permisiva puede tener un efecto contraproducente, produciendo un individuo con una autonomía disminuida, menos herramientas para la gestión emocional y una baja tolerancia a la frustración ante los desafíos del mundo exterior.

A pesar de las posibles deficiencias o errores cometidos en la crianza, las dinámicas de lealtad y afecto suelen ser predominantes. Raramente el hijo consciente de sus propias limitaciones responsabiliza a la madre; por el contrario, prevalece el amor, la gratitud y la idealización de los cuidados recibidos.

Un aspecto fascinante y a menudo observado en esta relación es la dificultad que muchos hombres encuentran para articular abiertamente sus sentimientos hacia la figura materna. El afecto profundo hacia la madre biológica o la cuidadora primaria (aquella que ocupó el rol central de crianza en casos de abandono) a menudo se manifiesta a través de acciones, respeto y consideración, más que a través de la expresión verbal. La figura que ejerce el cuidado y provee el afecto es la que naturalmente recibe la lealtad emocional, demostrando que el vínculo se forja en la experiencia compartida del cuidado y no solo en la biología.

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Getulio Bastardo Médico psiquiatra clínico, profesor universitario jubilado en Venezuela y activo en Perú, casado, con seis hijos y seis nietos. Soy un viejo feliz getuliobastardo@yahoo.com.mx

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