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Había buscado en los estantes de la cocina. Me dejaron todo a mano, o eso creían ellos. Iba a quedarme unos días y la dueña de la casa había hecho una lista de lo que iba a necesitar, porque no estaría ese fin de semana.
Me indicó que abriera la alacena de arriba a la derecha si necesitaba tomar algo con el desayuno, porque así “no tendría problemas”.
Cómo vivió mucho tiempo en las islas británicas, sé que tiene una acendrada preferencia por el té en todas sus modalidades. Ese es en realidad un mundo enorme que no se limita a la bolsita de Lipton que cuando era pequeña tomaba con gotas de limón algunas veces y que me parecía sin fuerza al lado de mis cafés de siempre: negrito, con leche o marrón. El mío, marrón y oscuro.
Pero me estoy desviando del tema. Resultó que en la alacena aquella había sobres de todos los tipos de té, frascos y sobres de bebidas achocolatadas y un único representante del café, otro sobre de un polvo autodenominado orgullosamente latte. Me supongo que hay de todo a la venta, inclusive algo parecido a mi marrón, pero ahí no estaba, ni en grano ni en polvo.
Cuando me lo tomé, el latte ese estaba sabroso y todo, pero café no era.
Así que a media tarde me volví a tomar otro para ver si era que mis prejuicios acerca de los “tintos” me habían sobrepasado. Y no, era realmente algo “similar a”, un sucedáneo, café soluble. La apariencia, la textura, el aroma eran algo lejanamente parecido. Contiene un poco menos de cafeína que el café normal. Son parte de un mercado mundial, un tercio de las compras de café de verdad, lo que se llamaría un “nicho”, que se beneficia de las deficiencias de la temporada cafetera si el producto no está disponible, si se quiere reducir la cafeína o el grano se pone muy caro… También lo compran quiénes no toman café, pero tienen algo por ahí para complacer a las amigas.
Entonces, sonreí. Decidí que cuando me preguntase si había encontrado todo lo que necesitaba, le diría que sus sobres estaban muy sabrosos. (Y no le iba a mentir, solamente que no eran café) y también decidí que no le iba a comentar nada de esto que les converso a ustedes… su alacena sigue siendo espectacular. Nunca me comprenderá.
