Gente que Cuenta

Te cuento que…
por Suzan Matteo 14/9

Sampel Penyelesaian Sudoku 

El martes pasado se celebró el Día del Sudoku, ese entretenimiento japonés que llegó a Occidente a finales del siglo XX y que ahora jugamos en todos lados: en la mesa del café, esperando en un consultorio, en vuelos largos o cuando no podemos dormir.

Muchos lo resuelven con lápiz, por si hay que corregir. Otros, con bolígrafo, como quien se lanza sin paracaídas. Y estamos los que también lo hacemos en el celular, entre chateos de WhatsApp.

Representa un triunfo del orden sobre el caos, que exige algo que escasea: concentración, lógica, paciencia. Virtudes que hoy se consideran anticuadas, como la cortesía o los buenos modales.

Hay quien ve en la búsqueda de un número en una cuadrícula vacía un acto de simple entretenimiento, una suerte de gimnasia mental para mantener a raya el Alzhéimer. Y no les falta razón. El Sudoku no enseña nada, y eso está buenísimo. Solo propone un reto. Es, en efecto, un eficaz dique contra la chochera, pero es también, y esto es lo interesante, una metáfora perfecta de los tiempos que corren…

Me explico:

En un mundo donde todo es relativo y cada uno tiene su opinión, donde la verdad se ha diluido en la posmodernidad, el Sudoku ofrece algo impagable: seguridad.

En cada cuadrícula de nueve por nueve, filas, columnas y bloques deben encajar perfectamente. No hay lugar para la ambigüedad. La respuesta es una y solo una. O el siete va ahí, o no va. No hay matices, no hay «depende», no hay interpretaciones.

Lo genial es pensar que tenemos el control, la guerra silenciosa contra el caos. En un mundo donde todo está patas pa’ rriba (las noticias, la economía, ¡todo!), ese recuadro perfecto nos promete que, si hacemos las cosas bien, todo va a salir bien, aunque sea por un rato.

Por eso, este «Día del Sudoku» es más que un aniversario menor; es un homenaje a nuestra… ¿obsesión? por poner en orden el desorden, a nuestro irremediable amor por la lógica en medio de este mundo de locos.

Y capaz que por eso, por seguir reglas fijas y la lógica, el Sudoku nos gusta tanto a los que crecimos sin celular, sin googlear todo y sabiéndonos las tablas de memoria. No es un juego de suerte: ¡es un desafío para pensar!

Suzan Matteo Atril press
Suzan Sezille de Matteo es caraqueña, cosecha del 52; ingeniero industrial aplicada al área social; esposa, madre de dos, que ahora abuelea y escribe desde Inglaterra. suzansezille@gmail.com IG @tomadodeaquiydealla

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