Tutti paparazzi,
por Victorino Muñoz

Desde el siglo pasado, los paparazzi han sido considerados por muchos como unos seres detestables, una plaga. Pero para otros son un mal necesario, pues constituyen los principales proveedores de material novedoso para las revistas de farándula (léase: revistas especializadas en chismes sobre personas famosas).

Los principales críticos de los paparazzi suelen ser las mismas celebridades, quienes se sienten permanentemente acosados, no pudiendo andar tranquilamente por allí sin que venga alguien a tomarles una foto para luego publicar una noticia del tipo “Madonna sale de compras”, “Britney Spears saca a pasear a su perrita y se hace pis” (la perrita, no Britney).

Se dice que el término surgió de un personaje de La dolce vita, la película de Fellini. Según contó el célebre director, Paparazzo era el apodo de un compañero de escuela. En su dialecto natal paparazzo significa mosquito, apelativo que les viene muy a esos bichos que andan por ahí zumbando y molestando a los demás.

Y al igual que sucede con los mosquitos, más de una vez los paparazzi han sido golpeados, y no solo a manotazos, por aquellos que se sintieron hartos. Célebres y recordados fueron los puñetazos que el vocalista de Oasis prodigaba a quien se le acercara con una cámara.

Quienes no soportan el acoso también buscan la manera de escapar, aunque a veces esto trae consecuencias, como le pasó a Diana ex de Gales. Sin embargo, los fotógrafos que persiguieron a Lady Di el día del accidente fueron absueltos.

Ha habido, por el lado contrario, paparazzis que demandan a las celebridades por no dejarlos hacer su trabajo, pues al parecer que te tomen fotos hasta en el baño es una profesión. Aunque hoy día como que se escuchan menos los escándalos con los paparazzi, creo yo.

Tal vez sea porque después de lo de Diana se moderaron un poco. O también ha sucedido que, como ahora todo el mundo carga un teléfono con cámara, cualquiera puede capturar a una celebridad infraganti, cometiendo alguna locura como comerse un helado. Cualquiera es un paparazzi en potencia.

Por ende, parece que los periódicos y revistas son menos proclives a publicar estos contenidos, que sí se encuentran en cantidades en cuentas de redes sociales y en páginas especializadas en el tema. O tal vez sea que yo no ando viendo este tipo de asuntos, pues sí tengo cosas importantes que hacer, como escribir estas líneas. Hasta la próxima.

del mismo autor