¿Veneno o alimento?
por Jeraige Reinoso

En los últimos años, el gluten se ha convertido en un villano nutricional para muchos. Pero, ¿realmente es dañino para todos? El trigo que consumimos hoy no es el mismo que el de nuestros abuelos. Ha sido hibridado, cultivado con pesticidas (como el glifosato) y procesado en exceso. Esto genera una carga inflamatoria en el intestino, incluso en personas sin celiaquía. Por eso prefiere alimentos fermentados naturalmente. Y como la salud no se trata de prohibir, sino de comprender y transformar, empecemos.

El gluten es una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno, triticale y avena. Su función es dar elasticidad y consistencia a las masas. Pero más allá de la panadería, el gluten ha sido señalado como un posible detonante de inflamación, fatiga, trastornos digestivos, niebla mental, dolores articulares e incluso alteraciones del estado de ánimo.

Lo cierto es que no todas las personas reaccionan igual. Hay personas con enfermedad celíaca, personas con sensibilidad al gluten no celíaca y personas sin sensibilidad ni celiaquía. Todo depende del tipo de gluten de consumo, el proceso y la cantidad. ¿Cómo reconocerte? La mejor forma de saberlo es observar tu cuerpo y, si es posible, hacer pruebas personalizadas. Aquí algunas recomendaciones prácticas:

1. Haz una eliminación de gluten por 21 a 30 días, y luego reintrodúcelo observando síntomas.
2. Escucha tu cuerpo: ¿Mejora tu digestión sin gluten? no solo buscas daño intestinal detectable, el cuerpo reacciona con síntomas como hinchazón, fatiga, migrañas, ansiedad, concentración, energía o problemas en la piel.
3. Conversa con el médico para revisar pruebas como anticuerpos específicos, permeabilidad intestinal (zonulina), IgG alimentarias o incluso genética HLA-DQ2/DQ8, según lo anterior.

El gluten no es intrínsecamente malo, pero puede ser perjudicial dependiendo de tu biología, tu salud intestinal y la calidad del alimento. No se trata de miedo, sino de escucha corporal, consciencia y ciencia personalizada.

Como médico regenerativo, te invito a informarte, depurar, observar y reconectar con alimentos reales. A veces, el simple hecho de eliminar lo que daña, permite que el cuerpo comience a sanar. Y otras veces, lo que importa no es solo qué comes, sino cómo y desde dónde lo haces.

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