Cuando oía hablar del bambú, me parecía casi imposible tenerlo en mi jardín. Las primeras plantas que vi en un parque tenían más de 25 metros de altura, se habían convertido casi en un bosque y eran preciosas pero inexpugnables.
Después me acostumbré a verlas en las calles como barreras para separar mesas de algunos restaurantes.
Pero hay culturas donde decir bambú, es obtener el pase a un saber milenario que lo reverencia porque ha dado desde cómo vivir, puesto que se usa para hacer casas, vestirse y escribir, hasta qué comer, con sus brotes.
En Oriente, es uno de los “Cuatro caballeros” de la cultura confuciana, las cuatro plantas que representan las cualidades de un caballero, entendido como hombre de bien. Se mencionan siempre en obras de arte. No solo se pintan, sino que son tema central de la poesía y literatura oriental. Esos Cuatro caballeros son la flor del ciruelo, la orquídea, el crisantemo y el bambú.
El bambú representa la rectitud y la integridad, porque conserva su color en todas las estaciones y los tallos erguidos en cualquier clima. No le importan las tormentas, porque por su estructura hueca se dobla, pero no se quiebra. Caballeros como el bambú, pocos…
Pero esas plantas gigantes se cultivan hoy para la industria. Se usan para construir casas, puentes, molinos de agua, generadores eléctricos, soportes y entramados de edificios, muebles, papel de periódico, cartón. Se calcula que la economía mundial basada en el bambú mueve 10.000 millones de dólares al año.
Y si queremos uno, ¿qué? Bueno hay que tener en cuenta dónde lo vamos a sembrar. Si es en un jardín abierto o en una maceta. Las raíces de la mayoría de las especies son invasivas, así que vigilen, no se vaya a aparecer en el terreno del vecino. Lo bueno es que es de bajo mantenimiento, así que puedes tener un jardín precioso y exótico sin mucho trabajo. Resiste lluvia, viento y sol, enfermedades y plagas. Puede trabajar en un piso alto como una barrera contra el viento que protegerá a tus demás plantas.
Hay tres especies muy usadas en macetas: los Phyllostachys, que tienen espectaculares tallos en color dorado o negro y los Sasa, más pequeños, que deben plantarse en macetas de resina o algún material muy resistente porque pueden reventar las de cerámica. Los Fargesia también son manejables en maceta, con la ventaja de que sus raíces no son invasivas, sino que van rodeando poco a poco el tallo inicial. La cerámica les vale…El Bambú de la suerte, o Lucky bamboo, una planta mini que venden con formas diversas y no sobrepasa los 50 cts., no es un bambú, sino de otro género. Pero, si te gusta, adelante.
Todas necesitan tierra con compost y riego regular o abundante sin sumergir las raíces por mucho tiempo, mientras se establecen, excepto el Bambú de la suerte que puede vivir en agua.
No las pongas a pleno sol, más bien en la sombrita. Crecerá y oirás algo único: el viento acariciando tu bambú.