Comencemos por el significado de la palabra. Bonsai en japonés es árbol en bandeja. Son plantas que en principio fueron extraídas de su medio para formar parte de la espiritualidad de los monjes budistas. Muchas de ellas ya eran miniaturas por los efectos del medio o los elementos. Las primeras referencias se tienen a través de pinturas chinas, entre siete y ocho siglos antes de Cristo, en el periodo Tang. Luego se convirtió en una de las ocupaciones de la nobleza hasta que a principios del siglo XII se expandieron las técnicas al resto de la población y al Japón.
También allí los monjes empezaron con la práctica en el periodo Kamakura entre los siglos XII y XIV. Entonces no solamente se trataba de miniaturizar el árbol, sino de que su entorno reprodujese el sitio donde había sido hallado.
Empezaron los estilos. Los primeros fueron, por un lado, el árbol individual y por otro el bonkei, que es un grupo de ejemplares que se cultivan para dar la impresión de un paisaje, de un paseo o de un bosque. La fascinación por el Oriente que copó a Occidente en el siglo XIX se los trajo a Europa y a Estados Unidos.
Recuerdo mis primeras clases de bonsai, donde una profesora, ante un pizarrón negro, nos explicaba los diferentes estilos, con su nombre original y nos convencía de que el mejor bonsai era el que se tomaba de la naturaleza, una planta bebé. Hoy, eso ya no se hace, porque hay que conservar los ambientes naturales y no andarse llevando las plantas de todas partes, ya que se contribuye a que desaparezcan. Así que las fuentes lógicas de los bonsáis son, además de la temporada de venta en los supermercados de pequeños ejemplares, las semillas y los esquejes, que son ramas o brotes ya formados de árboles adultos o de otros bonsais. Y los plantones de los viveros, que sin el tratamiento se convertirían en árboles convencionales.
Hay un set de herramientas básicas, pero tanto puedes comprar las costosas originales como las adaptadas, provenientes de la cocina o de la caja de herramientas: cepillos de dientes, pinzas, tijeritas, navajas, tenedores, cucharas, coladores, brochas, alambres de aluminio, etc.
La mayoría de los viveros vende su tierra especial. En realidad, no se trata de tierra, sino que la base es arcilla de diferentes tipos (Akadama, Kanuma, Kiryu), porque la base del sustrato varía según la especie del árbol.
Las coníferas, los frutales y los árboles tropicales que generalmente se tienen en el interior para que no les pegue el frío en los países de cuatro estaciones, requieren mezclas distintas.
La maceta especial, la bandeja, es el sitio donde se pasa el árbol, después de un tiempo acostumbrándose a su nuevo mundo miniatura. Y puede pasar en una bandeja plástica durante un año o un poco más hasta que esté listo.
Todo esto se los cuento para que se animen. Ustedes también pueden tener en su casa un bonsai. Y ni siquiera tienen que ir a un curso como yo, con desplazamiento, maestra y pizarrón. En las redes hay muchos grupos que desde el principio te llevan de la mano, además de los canales de YouTube, que son excelentes. Puedes ver las clases una y otra vez sin cobro adicional.