Son las dos canciones en español más oídas de estas navidades. Primero pasó Veneka arrasando desde finales de octubre, con dos millones de reproducciones en su primera semana. En YouTube es la canción más escuchada del año, ¿qué tal?. Sus autores no se han cansado de recibir premios y hacer giras.
Akapellah, el célebre rapero que la canta con Ramayana, tomó un término usado para la discriminación y lo volvió un timbre de orgullo. Tanto que, por ejemplo yo, que no sé nada de rap, estoy pensando seriamente poner en mi currículo, “Veneka del Mediterráneo”, además de agradecerle el desparpajo, la gracia y la inteligencia con la que descuadró a medio mundo con su canción.
Ahora se baila hasta en Dubai (el ritmo se llama Changa tuki).
Le va llegando cerca nada menos que El Burrito Sabanero, que no sé como hizo, pero también se volvió viral. Cuando me empezaron a llegar por WhatsApp las versiones, primero no lo quería creer y luego no podía dejar de reírme. Me enviaron una con el burrito moviendo las caderas y las orejas todo el camino a Belén, luego a unos árabes que la cantaban como propia con un ritmo absolutamente oriental, entonado con voz nasal y a continuación la locura, el reto. Todo el mundo compitiendo con su propia versión.
Así que desfila todos los días alguien nuevo, incluyendo el falconiano que va por los médanos con su burrito cargado de cervezas y que a Belén.
Hay que celebrar gracias a esos dos temas, a sus cantantes y autores, el empoderamiento del gentilicio y el cambio del oyente hacia un mejor humor, sobre todo si es venezolano. Se comprende mejor nuestra cultura, valores, creencias y reverente culto a la mamadera de gallo, que según el Wikcionario, para quién no lo sepa, es “una actitud constante de hacer chistes y no tomar en serio a nada ni a nadie” que se detecta con frecuencia en nosotros. Feliz Navidad.