“Hice una pausa en la limpieza y ordenamiento para deliciarme con vuestro Atril repleto de arte. Uds dos se pusieron de acuerdo para hablar de dos hábitos míos – recordar con quién aprendí las manitas que tengo (hoy como que “TOC” s todas ellas) y eso de ver caras en los más variados lugares. Pero jamás ví a nadie conocido, probablemente porque nunca recuerdo las caras de la gente y sus nombres. Recuerdo sus historias pero las caras se esfuman como las que vemos en las nubes y en los estampados que nos cruzan”.