News That Matters

Luli Delgado

Agua y jabón,<br/> por Luli Delgado
120c, Luli Delgado

Agua y jabón,
por Luli Delgado

Lavar ropa es bien mecánico, pero esta semana la máquina se paró en las patas de atrás y se negó a funcionar. Ni siquiera con el viejo truco de desenchufarla y esperar un ratico. Nada. En el panel de control no cabía una lucecita roja más.  Aquello parecía más bien de submarino nuclear, pero yo soy incapaz de entender a ninguno de los dos y de la tecnología lo único que he aprendido es que no vale la pena discutir, porque es meterte en pleito perdido. Por fin descubrimos que fue que sin querer activé el seguro de niños. ¿Seguro de niños? Ni sabía que existía ni en esta casa hay niños, pero eso sí. ¡Es eficientísimo! Google de por medio, finalmente logramos disuadirla para que funcionara. Pero lo que no se me sale de la cabeza es eso de los seguros anti niños… ¿Qué pudo llevar ...
De toda la vida,<br/> por Luli Delgado
119b, Luli Delgado

De toda la vida,
por Luli Delgado

Hay cosas con las que hemos convivido de toda la vida: electrodomésticos, teléfono, radio y TV, entre otros. Nacimos y crecimos con ellos y ni se nos ocurre que hubo una vez en que hayan sido novedad.Hasta aquí vamos bien. Lo que impresiona son las cosas que vinieron después y que resulta que ahora cayeron sin darnos mucha cuenta en la misma categoría.Veamos las fechas.La primera llamada de celular la efectuó un directivo de Motorola en 1973, vale decir, hace exactamente cincuenta años.Más adelante, en enero del 2007 Steve Jobs anunció que estaba a punto de lanzar el primer modelo de IPhone. ¡Hace dieciséis años míseros!Ahora me entero por Suzan Matteo que Google cumple veinticinco años y que Gmail existe desde abril del 2004.Yo recuerdo de pequeña haber consultado los tomos de enciclopedi...
“¡Es chino!”, por Luli Delgado
118a, Luli Delgado

“¡Es chino!”, por Luli Delgado

Una de mis muchas bendiciones sin duda fue haber compartido con mi mamá, Lulucita, sus últimos cuatro años de vida. Durante este tiempo, la línea genealógica se hizo confusa, lo que me hizo que de hija pasé a ser mamá y a través de ella regresé a los días de infancia de mi Ceci. Solamente quien lo vive puede entender. Reviví la emoción que sienten los pequeños con un par de zapatos nuevo, o con un regalito traído de la calle. Cantamos mucho juntas, le prometí su pijama preferida a cambio de que se bañara. En fin, había aprendido a ser mamá con mi hija y ahora me tocaba ser mamá de mi mamá. No sé si eso me convertía en mi propia abuela, pero tampoco me molesté en averiguar. Al lado de la iglesia a la que la llevaba había un bazar de caridad, más que nada de donaciones recibidas...
El fondo del mar,<br/> por Luli Delgado
117c, Luli Delgado

El fondo del mar,
por Luli Delgado

Hace poco apareció en la BBC la noticia de que el equipo Seascape Alaska 5, una dependencia de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), había hallado a tres kilómetros de profundidad en las costas de Alaska un objeto de oro parecido a una piedra marina, pero que, según dijeron, no parece pertenecer a ninguno de los reinos conocidos.Tampoco era que lo anduvieran buscando, fue un hallazgo de la sonda que andaba rastreando el área mientras trataban de observar un volcán submarino extinto. El vehículo remoto logró succionarlo y traerlo a la superficie, y allí se dieron cuenta de que tenía una textura suave, parecida a la piel. La nota concluye diciendo que ahora un equipo de investigadores está realizando pruebas y análisis de ADN para determinar qué ...
Romper las cadenas,<br/> por Luli Delgado
116c, Luli Delgado

Romper las cadenas,
por Luli Delgado

Cadenas y cautiverio, esclavitud, esas cosas, están inevitablemente asociadas. “Todo aquel que anda de noche arrastrando las cadenas…” cantaba el Gran combo de Puerto Rico. ¿Se acuerdan? Por allá a comienzos de los años 70.Es que las cadenas, a no ser de las que cuelgan medallitas, siempre han tenido muy mala fama.Resulta que me parece que casi tan viejo como la canción, un buen día en la televisión venezolana apareció un comercial de lavaplatos. Nada sofisticado desde el punto de vista de producción y no creo que se haya hecho merecedor de algún premio de esos de publicidad. En cambio, quedó marcado en nuestras memorias.El locutor decía: “¡Libérese! ¡Rompa las cadenas”, mientras una mujer frente a un lavaplatos hasta el tope de cosas por lavar estiraba los brazos y se liberaba de las cade...
Una quejita,<br/>por Luli Delgado
115c, Luli Delgado

Una quejita,
por Luli Delgado

Yo empiezo en diminutivo a propósito, porque tampoco es asunto de organizar paseatas ni abajofirmantismos. Pero sí quisiera saber por qué si en otros idiomas no existen símbolos que abran ni las interrogaciones ni las admiraciones, los que hablamos español sigamos obligados a usarlas. Me metí a averiguar y descubrí en un trabajo publicado por la BBC y el Hay Festival de Segovia, un encuentro de escritores pensadores que tuvo lugar en 2017, donde se afirmaba categóricamente que “Sólo en el castellano existen los símbolos "¿" y "¡", los signos que se emplean como apertura de interrogación y al inicio de una frase admirativa”. Dejé el “sólo” de la cita para no contaminarla. Además, según también me enteré por la misma fuente, fue en 1754, en la segunda edición de Ortografía de la Re...
Pilates,<br/> por Luli Delgado
114c, Luli Delgado

Pilates,
por Luli Delgado

Oxidados como el hombre de hojalata, resolvimos inscribirnos en pilates. Una sesión semanal, en teoría de 45 minutos, en la práctica, eterna.Aquello parece un gimnasio de entrenamiento olímpico: bicicletas de spinning, pesas, ligas de todo tipo, pelotas enormes, sillas de apariencia inocente, pero capaces de acabar con cualquiera. En fin. Nosotros no pasamos de la liga y la pelota agarrada con las rodillas, pero igual…En la sesión de hoy, el señor de esta casa llegó cansado y muerto de calor. Yo muerta de calor también, pero menos cansada, comenzamos agarrando una toalla por los extremos.“Estiren la toalla de lado y lado y cuenten hasta diez”-“¿Y cuándo podemos respirar?”-“Mientras estiran, claro…”-“Ah...”“Ahora con los brazos hacia atrás, hasta tocarse las alitas de la espalda”, sigue la ...
Ojos cerrados,<br/>por Luli Delgado
113c, Luli Delgado

Ojos cerrados,
por Luli Delgado

Yo la había leído hace tiempo y ahora me la vuelvo a encontrar. Es una frase de Ángeles Mastretta, quien pregunta: “¿Cuántas veces cierra uno los ojos para no ver? ¿Y cuántas para ver mejor?" Yo soy de la que los cierra para ver mejor. Vamos a algunos ejemplos: Para ponerme una cadenita en el cuello o amarrarme las trenzas de los zapatos. Cuando digo “no me acuerdo de cómo era que se llamaba…ya va”, o “eso fue…” Para cepillarme los dientes, sobre todo después de que el dentista me dijo que no me olvidara de que las muelas del fondo también eran mías. Para tratar de separar un instrumento en una melodía, o para saborear algún alimento particularmente rico. Cuando le pido a Dios que me dé paciencia, y sobre todo cuando me quiero quedar dormida. Los ojos no siempre...
El mejor aderezo,<br/> por Luli Delgado
112c, Luli Delgado

El mejor aderezo,
por Luli Delgado

Durante mi época de estudios fuera, una Navidad que vine a Caracas fui a saludar a mi abuela. Ella, no muy dada a elogiar, me sorprendió diciéndome que estaba muy buenamoza. “Blanca y repuesta. Te ves muy bien”. Yo le di las gracias, pero sentí que era prioridad máxima irme a la playa y bajar de peso. Es que “blanca y repuesta” no eran, en aquella época, nuestros patrones de belleza. Vamos por partes. Mi generación tenía por costumbre hacer lo que hoy se considera una salvajada: mezclar aceite de bebé con yodo y acostarse empatucada en esa pócima bajo los inclementes rayos solares de El Caribe, que no son cualquier cosa. Otros seguían el mismo método pero con Coca-cola… En cuanto a los kilos, la gran mayoría de nosotras ha pasado buena parte de su vida adulta pendiente de l...
Pelucas, por Luli Delgado
111c, Luli Delgado

Pelucas, por Luli Delgado

Yo de la Barbie no tengo mayores recuerdos. Tuve varias y me acuerdo de los vestidos y zapaticos, que le sirvieron de juguete y merienda al perro de mi infancia. Pero gracias a la Barbie protagonicé a muy corta edad lo que más adelante me tocó estudiar en serio. Me refiero a la toma de decisiones.Me invitaron a una piñata y dos o tres días antes mi mamá se presentó con una caja enorme. Estaba todavía sin envolver, y tenía nada más ni nada menos que tres pelucas de la Barbie, de esas que parecían un gorro de baño y que se adaptaban perfecto a nuestras cabezas.¡Aquello era un tesoro! Le dije a mi mamá que yo las quería para mí, a lo que me respondió: “tú decides. Si vas a la piñata tienes que llevárselas de regalo a Fulanita. Si no, no vas a la piñata y te las quedas”.Demasiado para tan poca...
Gian Piero, por Luli Delgado
110c, Luli Delgado

Gian Piero, por Luli Delgado

En estos días se han conjugado dos o tres detalles que me han llevado de la mano a mis pocos años y al salón de Gian Piero.Pasé por una peluquería que entre otros servicios ofrecía “peinados para fiestas”. Me llamó la atención, porque si bien hoy en día no creo que sea algo común eso de peinarse para una fiesta, en mi infancia era el pan nuestro.Sigo. Estamos en pleno verano y la bebida favorita de esta estación es sin duda la cerveza. A mí no me gusta beber nada con alcohol, pero en cambio el olor de la cerveza me lleva nuevamente al mismo lugar.Y aquí sí les explico quién fue este personaje.Gian Piero era una peluquería en la Calle Negrín adonde mi mamá iba todas las semanas. Ella no se lavaba el pelo en casa, sino solamente en la peluquería y creo que es la única persona que conozco que...
Inmortales, por Luli Delgado
109c, Luli Delgado

Inmortales, por Luli Delgado

En una nota publicada en El País de Madrid, el periodista Juan Arias, dicho sea de paso, amigo del señor de esta casa de su época en Río de Janeiro, afirma categórico que el periodismo y la poesía no pueden morir.Me llamó la atención el título y me metí más a lo hondo a ver de qué se trataba. Arias cuenta su experiencia de más de cincuenta años en el oficio, durante los cuales fue corresponsal en Italia, El Vaticano y Brasil, y mientras lo leía recordé frases que en mis días de Caracas eran vox pópuli : “Eso salió en El Universal”, o “Así será que hasta El Universal lo publicó”.Más adelante, cuando tuve la inolvidable oportunidad de trabajar en ese periódico, entendí cómo un verdadero periodista mantiene a nivel la adrenalina mano a mano con la seriedad del oficio. No se publica sin confir...