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Luli Delgado

La prole de HAL,<br/> por Luli Delgado
169d, Luli Delgado

La prole de HAL,
por Luli Delgado

No sé si se acuerdan de Hal, de la Odisea en el espacio, (Kubrick,1968), que sabía muchísimo, pero en cambio era de una arrogancia llevada al extremo. De paso le leía los labios a los astronautas y acabó convirtiéndose en un asesino suelto dentro de la nave. Trabajo costó desactivarlo a pesar de que, como todo malvado, al verse acorralado trató de dar explicaciones y pedir el perdón de sus pecados.De esto hace ya 56 años y hará unos dos que yo oí por primera vez eso de la Inteligencia Artificial, pero la verdad no le hice mucho caso.Pero el círculo se ha ido cerrando y cada vez se hace más difícil ignorarla y yo, que llegué casi de última a la telefonía celular y que me costó Dios y su ayuda manejar el paquete Office, no encontré otra salida que hincarle el diente a través de un curso que ...
Regalos,<br/> por Luli Delgado
168d, Luli Delgado

Regalos,
por Luli Delgado

Miren si ese cuento no será viejo, que se remonta a mis quince años. Emilia Vargas, quien trabajó en mi casa durante mucho tiempo, ya no estaba con nosotros, pero con uno de sus hijos me mandó envuelto un pote de leche condensada de regalo de cumpleaños. Aquello me conmovió mucho entonces, como me conmueve mucho hasta el sol de hoy. Ha sido sin duda uno de los regalos que más he agradecido y estoy segura de que entenderán el porqué. Les cuento esto porque no sé si recuerdan que hace poco escribí que una mota en Portugal es una suerte de bicho raro. Como me cansé de buscarla, me las arreglé como pude y me acordé de que mi mamá ponía maicena en una media para aliviar las quemadas de la playa. Pues nada, en vez de maicena, le puse talco y listo. Muy contenta con la solución...
Inteligencia artificial,<br/> por Luli Delgado
167c, Luli Delgado

Inteligencia artificial,
por Luli Delgado

No es que me quiera meter a especialista, porque a estas alturas ya se sabe que uno no va a ser especialista en nada, pero sí por lo menos no quedar tan a la deriva en estos asuntos.Me refiero a la fulana inteligencia artificial, el nuevo Coco, como les decía el otro día, pero si no le prendes la luz termina siendo peor.Hace poco encontré un curso gratuito y resolví meterme. Muy bien. Empezó con una presentación de blablablá puro, pero después había un enlace para acceder en inglés a una explicación de lo que es Gemini.El texto estaba en la pantalla para que en modo karaoke uno fuera leyendo a medida que el locutor iba contando. No era muy largo la verdad. Unos ocho párrafos, pero a medida que el tipo leía y yo seguía el texto, la sensación fue que iba descendiendo en barrena directo hacia...
¿Izquierda o derecha?,<br/> por Luli Delgado
166d, Luli Delgado

¿Izquierda o derecha?,
por Luli Delgado

Empiezo por aclarar que no es de tendencia política a lo que quiero referirme, sino más bien a la configuración con la que nacimos.Claro, como yo nací zurda a lo mejor es por eso por lo que siempre me ha interesado el tema, porque lo que es a los diestros la impresión que me da es que ni les va ni les viene.Parece que la razón de ser zurdo se debe a cómo se va configurando el cerebro. La explicación es compleja, así que mejor no me meto y me quedo con la más fácil: ser zurdo es hereditario y ya está.Tenemos dificultades con los cuadernos de argollas, los pupitres y las tijeras. Ponemos la mesa al revés, porque comemos al revés, pero son obstáculos que de una u otra manera vamos superando.Nuestro día internacional es el 13 de agosto, que fue hace poco, y de ahí me vino la idea de compartir ...
Talco con mota,<br/> por Luli Delgado
165d, Luli Delgado

Talco con mota,
por Luli Delgado

Como está haciendo calor, recordé con mi primo Jóse las baticas de algodón que se usaban de toda la vida, “batiquecasa” como abreviaba mi amigo Camilo.Un recuerdo nos llevó al otro y caímos en el talco con mota, seguro se acuerdan, un envase redondo con una mota ídem que usábamos casi a diario después del baño y que era el perfecto regalo para cumpleaños, día del santo, (que en esa época se celebraba), Navidades, o cualquier otra ocasión especial. Era por esa época en que en los tocadores se colocaban frasquitos de perfume con una perilla que lo rociaba, a menudo acompañado de un envase de vidrio con bolitas de algodón de varios colores.En el repertorio humorístico de mi familia, estaba la famosa caja de talco que dos viejitas tías de mi mamá se regalaban una a la otra sin acordarse de que...
Amor eterno,<br/> por Luli Delgado
164c, Luli Delgado

Amor eterno,
por Luli Delgado

El señor de mi casa regresó hace unos días con la novedad de que en el bar de abajo había conocido a un brasileño, un muchacho joven, quien entre cervezas le había contado que había peleado con la novia. Alfredo, conciliador por naturaleza, lo oyó y aconsejó lo mejor que pudo, eso sí, sin tomar partido, para no ser él más tarde quien pagara el pato. Pasaron unos días y se lo volvió a encontrar. Le preguntó que cómo estaban las cosas, a lo que el muchacho respondió: “muy bien, porque terminamos”. Cuando me lo vino a contar levanté una ceja, porque, si bien hace tiempo que no termino con nadie, recuerdo perfectamente que las rupturas amorosas equivalían a muchos días de tristeza, nostalgia y sobre todo un hueco por dentro que no había quien lo tapara, por lo menos por un tiempo. ...
Oro puro,<br/> por Luli Delgado
163c, Luli Delgado

Oro puro,
por Luli Delgado

Con esto de las olimpíadas hemos visto un desfile de jóvenes bellísimos que parecen esculturas griegas, pero con músculos de boligoma, que han venido a participar en las diferentes disciplinas. Cada uno de ellos ha pasado por muchas horas de entrenamiento, y si nos ponemos a ver, todos tienen los mismos cuatro miembros, la cabeza y el tronco que tenemos nosotros y no sé ustedes, pero yo de milagro subo y bajo las escaleras de mi casa cuando se daña el ascensor, y, a pesar de mis caminatas, cuando voy por el tercer piso ya estoy con las piernas pidiendo misericordia. En cambio, ellos bellos, jóvenes, bien entrenados, vienen a comerse el mundo y llevarse a sus casas las mejores medallas. Yo les daría una de oro sólido a cada uno, porque gracias a su esfuerzo, a las incontables h...
El Coco,<br/> por Luli Delgado
162d, Luli Delgado

El Coco,
por Luli Delgado

¿Quién no le tuvo, o le tiene, miedo al Coco? A ver, que levante la mano.No sabíamos a ciencia cierta ni cómo era, ni a qué venía, pero lo cierto es que una tras otra, todas las generaciones temblamos por su culpa.El Coco no es exclusivo de nuestra cultura, ni tampoco es nuevo. Para mi gran sorpresa, encontré un grabado de Goya de 1799 que reproduzco, y, que yo sepa, en inglés existe el Bogey-man, y en portugués el Bicho-papão. No me extrañaría que existiera en muchos otros lugares, siempre con la misma función de asustar a los niños y amenazarlos si se portaran mal. Es probable que el Coco fuera amigo del viejo del saco, otro personaje siniestro que también rondó por nuestra infancia, pero en todo caso los entendidos en niños siempre le fueron muy adversos, por considerarlos un recurso pe...
Alguien por un rato,<br/> por Luli Delgado
161d, Luli Delgado

Alguien por un rato,
por Luli Delgado

Al final de la tarde del otro día venía en el Metro lleno de gente y se me ocurrió tratar de imaginarme cómo sería ponerme en los zapatos de cualquiera de los demás pasajeros apenas por un rato, nada más que para entender no desde afuera, sino desde adentro.Venía una señora con el pelo pintado de amarillo. Fue mi primera misión, así que me imaginé a mí misma en el baño de su casa poniéndome el tinte con un pincel. Después supongo que se tuvo que bañar para quitarse el exceso y ojalá le haya gustado como le quedó. ¿Fue por primera vez, o ya lleva años pintándoselo?También había un tipo entre 20 y 30 años, con un tatuaje en el brazo y un jean rasgado. Ahí me fui con él al tatuador, el día en que escogió el águila que quería y se dejó clavar la aguja con la tinta. Al igual que la señora rubia...
Scarborough Fair,<br/> por Luli Delgado
160c, Luli Delgado

Scarborough Fair,
por Luli Delgado

El otro día encontré en Instagram a Art Garfunkel sentado en la platabanda de un edificio en Manhattan, cantando Scarborough Fair. A él lo reconocí por la voz, pero en cambio estaba acompañado de un guitarrista que no logré identificar. Se lo mandé a mi hermano y nos sirvió de paño de fondo para conversar mucho sobre algo que parece reciente, pero que ya tiene más de 55 años. ¡Impresionante!La fama de Scarborough Fair vino principalmente por haber formado parte de la banda sonora de El graduado (1967), filme protagonizado por Dustin Hoffman, Anne Bancroft y Katharine Ross, y dirigida por Mike Nichols. La película levantó mucha roncha por considerarse “controversial”, no sé si se acuerdan, y claro, hoy es un clásico.Pero volvamos a Simon y Garfunkel y la música que hoy nos ocupa. Es la prim...
Sol de la tercera edad,<br/> por Luli Delgado
159c, Luli Delgado

Sol de la tercera edad,
por Luli Delgado

Llamo a mi amiga Amarilis, lo más cercano a una comadre que tengo en Portugal, y le preguntó que cómo está. Me responde: “Aquí, bien, haciendo con el sol lo único que uno puede hacer a esta edad: lavar ropa”. Me causa muchísima gracia, porque es así mismo. Para comenzar, de jóvenes ni se nos ocurría que la ropa había que lavarla. A mí ni me pasaba por la cabeza. La tirabas en el cesto, eso si no la dejabas regada por ahí, y dos o tres días después estaba en el closet como si fuera un pase mágico. El sol, por su parte era sinónimo de playa, de bikinis mínimos, “¿Tú vas a ir a la playa con ese traje de baño? Estás casi en cueros”, reclamaba Lulucita escandalizada. No solamente con ese bikini, sino armadas de unas lociones que no sé si todavía existen, pero que eran hechas par...
Petra Corneta,<br/> por Luli Delgado
158d, Luli Delgado

Petra Corneta,
por Luli Delgado

ler em português      En mi infancia no existía lo que hoy se llama bullying. Se le decía más bien “chapa” y a la gente que lo sufría que le tenían una “chapa montada”.Pues bien, a mí me llamaban Petra Corneta, que era un personaje de un programa infantil que era, diríamos, la bruta del salón, la que no aprendía a leer, la que siempre se equivocaba. Lo que pasaba era que yo nada más sabía leer en mi libro, la historia del indiecito Hiawatha, que como me lo sabía de memoria…En una época eso de ser Petra Corneta me parecía el fin del mundo, pero como lo que arde sana, a partir de cierto momento me sirvió más bien de incentivo para colocarme en una posición que no aceptara ni por asomo semejante “chapa”. Fue así como Petra Corneta se fue evaporando y yo descubrí que podía escribir sin mayor d...