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Luli Delgado

Sandalias blancas,<br/> por Luli Delgado
187c, Luli Delgado

Sandalias blancas,
por Luli Delgado

Mis sueños suelen ser muy reales. Tanto, que días después, cuando los recuerdo, han mantenido intacta su narrativa y coherencia.Mi primo opina que él sueña más con gente muerta que con gente que todavía vive, e invariablemente le pido que, por favor, cuando sueñe con ellos, les mande muchos saludos de mi parte.A mí me pasa al revés. Mis personajes en la mayoría de los casos andan todavía por aquí, aunque el otro día me pasó que estaba en una playa a la que se bajaba por unas escaleras que a los lados tenían un murito, y al bajar y comenzar a alejarme, las piedras de la arena me molestaban muchísimo en los pies. Decidí devolverme y, oh sorpresa, sentada en el murito estaba nadie menos que Lulucita. Le conté lo que me estaba pasando y sin más se quitó sus sandalias y me las dio para que pudi...
Quinceañeros,<br/> por Luli Delgado
186c, Luli Delgado

Quinceañeros,
por Luli Delgado

“Todo amor é eterno e, se acaba, não era amor” Nelson Rodrigues, dramaturgo brasileño Nacidos en los dos extremos del mismo continente y con nuestros respectivos equipajes, por no decir prontuarios, el ahora señor de mi casa y yo nos encontramos en Brasil y después de diez años de ires y venires, finalmente nos pusimos de acuerdo para continuar el camino juntos. Pero lejos de ser el colorín colorado, comenzó una simbiosis que se fue consolidando sin apenas darnos cuenta y que ahora, quince años después, ha hecho de nosotros uno solo, tal y como dijo Cassio, el Padre que nos casó. Ninguno de los dos conocía esta experiencia. Ni siquiera sabíamos que existía, pero ambos nos comprometimos a no hacerla caer en lo cotidiano y a ejercer todos los días nuestra capacidad de sorpresa. En ...
Frascos,<br/> por Luli Delgado
185c, Luli Delgado

Frascos,
por Luli Delgado

Uno de los indicios de que la tercera edad llegó para quedarse es la dificultar de abrir los frascos de rosca.Ni con el paño de cocina, o con golpecitos, nada. Abrirlos pasa a la categoría de proeza.Yo hablo de los frascos por ejemplo de mermelada, y al hacerlo me viene a la mente los de mermelada de naranja que de tanto en tanto mi tía Irene preparaba para que mi tío Colin pudiera disfrutar de su tea time.Me puse a averiguar el origen de las tapas de rosca y me enteré de que se remonta a 1870 y que la patente fue registrada por Henry Barrett. Lo curioso es que, al igual que los ascensores, el cine o la locomotora, se mantienen poquito más allá poquito más acá dentro de la misma premisa de su invención.De un tiempo a esta parte, aparecieron unas tapas que hay que apretar con toda la fuerza...
Espóiler et al, <br/>por Luli Delgado
184c, Luli Delgado

Espóiler et al,
por Luli Delgado

Cuando todavía nos estamos tratando de habituar a tomar te sin acento, o que solo vaya solo siempre y que se reconozca oficialmente la existencia del edadismo, la RAE, en conjunto con Asociación de Academias de la Lengua Española, presentó recientemente una nueva actualización que incluye más de cuatro mil nuevos vocablos. Muchos se veían venir, como la expresión centro de salud, o unidad móvil, o tal vez la dana, tan infelizmente de moda unos meses atrás. Sin embargo, se aceptaron nuevas palabras y gracias a ellas, podemos teletrabajar, los fines de semana rapear, musealizar, o irnos a hacer un poco esnórquel, según el gusto de cada hablante. Para los fanáticos de los artistas de moda, fue aprobada la palabra “groupie”, definida como “Fan que acompaña de manera incondicional a un ca...
El hijo de Dios, por Luli Delgado
183a, Luli Delgado

El hijo de Dios, por Luli Delgado

Cuando los Reyes Magos llegaron a Jerusalén y quisieron saber dónde habría de nacer el Rey de los judíos, Herodes inmediatamente le consultó a los sacerdotes y escribas, y fue así como supo que 700 años antes, en el s. VIII a. C, el profeta Miqueas lo había anunciado “El Mesías nacerá en Belén” – Miqueas 5,1-4, y que su contemporáneo, el profeta Isaías, también había predicho: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel” Isaías 7:14.Además de Miqueas e Isaías, otros profetas también anunciaron el nacimiento de Jesús, tal vez no mencionándolo de forma tan precisa, pero Jeremías, (Jeremías 23:5-6), Zacarías (Zacarías 9:9), Daniel (Daniel 9:24-26), presagiaron la llegada del Dios Salvador.No que me haya dado por el estudio de las Escrituras, pero sí me resulta fa...
Teletransporte,<br/> por Luli Delgado
182d, Luli Delgado

Teletransporte,
por Luli Delgado

Que levante la mano quien no recuerde la serie Viaje a las estrellas, aquella con el Capitán Kirk y el Sr. Spock. Les dejo el video de presentación para que lo vean con la sonrisa cómplice de quien se acuerda.Pero metámonos por la calle que hoy quiero transitar. En esa serie, cada vez que llegaban a un nuevo planeta, los de la nave se iban a una sala con varios círculos, se paraban en uno de ellos y poco a poco se disolvían hasta aparecer en el lugar que iban a explorar! ¡Era fantástico! Sin pasaporte, aeropuertos, aviones, esperas, maletas o aduanas subían y bajaban como perico por su casa.Aquí pensando me gustaría saber por qué, con tanta cosa que han inventado, celulares, computadores, redes sociales, FaceTime, y por ahí sigue, todavía no hemos llegado al famoso teletransporte o beem do...
Gavetas,<br/> por Luli Delgado
181c, Luli Delgado

Gavetas,
por Luli Delgado

Para los que piensen que nadie los conoce o entiende como el amor de su vida o el amigo más próximo, permítanme aclararles que quien nos conoce y entiende más íntimamente son nuestras gavetas. Que me disculpen mi amado y mis amigos, pero es así. Fíjense si no: fuimos nosotros quienes le dimos su contenido, y por eso solo nosotros sabemos qué hay dentro, así sea una gaveta desordenada, y así como no hay un reflejo más fiel de lo que somos que el lugar donde vivimos, nuestras gavetas no se quedan atrás. Cada uno de sus objetos pasó por un instante, aunque fuera de segundos, que determinó que era allí y no en otro lugar que se iba a quedar. Por eso pocos momentos son más de uno que cuando uno revisa o reordena una gaveta, sobre todo si hace tiempo que no la abrimos. Y si se trata de una...
El ruedo,<br/> por Luli Delgado
179c, Luli Delgado

El ruedo,
por Luli Delgado

Cuando fui a doblar la toalla, me fijé que tenía un hilito suelto. Se lo halé y se me vino todo el ruedo. No sabía que las toallas tenían ruedo, la verdad, pero como era evidente, resolví cogérselo.Conseguí un hilo bien fuerte, una aguja grande y me puse a coser. Para mi gran sorpresa y alegría, de paso les dejo el dato, en una toalla blanca y con hijo ídem las puntadas no se notan, así que quedó perfecto, aunque yo sé que si hubiera sido seda el cuento habría sido otro.Quien me enseñó a coser fue la señora López y más tarde me di cuenta de que me detestaba por ser zurda. En esa época todavía creía que las maestras querían a sus alumnas incondicionalmente. ¡Embuste! A mí ella no me podía ver, pero igual algo aprendí.Durante mi época de colegio pasaba algo que hoy en día sería impensable. A...
Nosotros por dentro,<br/> por Luli Delgado
180c, Luli Delgado

Nosotros por dentro,
por Luli Delgado

El hecho de que por dentro seamos bastante parecidos, hace posible las clases de anatomía para los futuros doctores y las de biología para los que nos dedicamos a otra cosa. Eso sí: cuando a uno de nosotros o a nuestros seres cercanos se le diagnostica una de las tantas posibilidades que hay de enfermarse, sin saber mucho cómo de la noche a la mañana nos volvemos totales especialistas, no solamente en la ciencia médica, sino en toda suerte de hierbas, infusiones y “sobas” milagrosas que han pasado a través de generaciones. Una vez mi abuela se puso enferma de la vesícula y había que operarla. No sé por qué estaba viviendo en mi casa, pero recuerdo perfecto la ambulancia saliendo del garaje y ella como un obispo repartiendo bendiciones. Por aquellos días todos pontificaban sobre el canal...
Autobuses, <br/>por Luli Delgado
178c, Luli Delgado

Autobuses,
por Luli Delgado

¡Pasear en autobús siempre me ha parecido lo máximo! Claro, si tuviera que hacerlo todos los días probablemente hubiera perdido el encanto, pero no es el caso.De chiquita cuando salía con mi mamá, que no manejaba, nos montábamos en unos autobuses grandes y tiesos, cuyas ventanas se abrían nada más hasta la mitad. Creo que todavía se usan para transporte escolar.No sé si en los autobuses también, pero en Venezuela, en las llamadas camioneticas, cuando uno se quería bajar le pedía al conductor: “Señor, déjeme donde pueda”. Imposible que se olvide…Cuando me tocó estudiar fuera, me impresionaba que los autobuses tuvieran horario y de paso lo cumplieran. Primer mundo total y yo encantada de rodar en ellos.Después en Brasil, me llamaba mucho la atención que los autobuses tuvieran cobrador, que s...
A contracorriente,<br/> por Luli Delgado
177c, Luli Delgado

A contracorriente,
por Luli Delgado

Yo creo que la raíz estuvo en que mi familia era fanática del equipo de béisbol Navegantes del Magallanes, que no era de los más populares y de paso proclive a perder. Vaya uno a saber. Lo cierto es que desde que recuerdo, he pertenecido a la minoría. ¡Ojo! no dije perdedores, sino minoría. Fui creciendo así, sin darme mucha cuenta, pero el caso es que estudié lo que no se suponía que debía estudiar, me casé vestida de rojo, me enamoré de un país del que ninguno de los míos entendía el idioma. En fin, diferente, minoría, original, fuera de la caja, ustedes le escogen el nombre, pero es así que yo he vivido. Para completar, nací zurda. No de política, sino de no poder usar la mano derecha, lo cual siempre me dio problemas con las tijeras y los cuadernos de argollas, por dar dos ejempl...
Mira, mijito, ven acá…<br/>por Luli Delgado
176d, Luli Delgado

Mira, mijito, ven acá…
por Luli Delgado

Si estaba en la calle y necesitaba quien le llevaran un paquete, le dieran una dirección o algo así, Lulucita cazaba al primer varón disponible llamando con la mano y diciéndole: “Mira, mijito, ven acá. ¿Cómo te llamas tú?” y le pedía lo que necesitara en ese momento.Nosotros le advertíamos que en una ciudad como Caracas eso podía ser muy peligroso, pero ella se encogía de hombros y ni pensaba en hacernos caso.Además del peligro que eso suponía, con la edad yo fui pasando de una reacción a otra. Primero me daba pena, después me daba rabia de verla tan osada y, por último, aparte de parecerme divertido, ya no me daba nada.Lulucita partía de la premisa de que no había nada que halagara más a cualquier hombre que ayudar a una dama en aprietos. Vaya uno a saber si es verdad. Pero sea porque te...