News That Matters

Luli Delgado

Mejores a ratos,<br/> por Luli Delgado
131c, Luli Delgado

Mejores a ratos,
por Luli Delgado

Eso mismo. En ciertas ocasiones metemos en una gaveta nuestro lado, digamos que tosco. En los velorios, cuando deseamos feliz cumpleaños, si alguien se va de viaje. En fin. Entonces nos salen palabras más amables, la empatía se dispara, algo así como que en esos momentos quisiéramos más a los que queremos. Lo que habría que pararnos a pensar es por qué nada más que sacamos nuestros mejores colores en épocas especiales y no en nuestro día a día, si ser amables es más lo que suma que lo que resta. Todos nos ablandamos cuando nos tratan bien y después de todo no es tan difícil. La semana pasada escribía sobre nuestra necesidad de aprender a poner a un lado el bendito celular, que tanto intoxica. Pues bien, creo que ser más amables podría ser un segundo propósito, porque estoy ...
Celulitis,<br/> por Luli Delgado
130c, Luli Delgado

Celulitis,
por Luli Delgado

No hay camino de regreso: los celulares llegaron para quedarse. El problema es que trajeron un manual de instalación y de mantenimiento, pero no de la correcta utilización por parte de sus usuarios, y esa suerte de diseminación desbocada ha traído situaciones insostenibles, una verdadera “celulitis”.Se ha escrito mucho sobre la inconveniencia de darle celulares a los niños, pero en cambio los padres no los sueltan. ¿En qué quedamos? ¿Cómo le limitas el acceso si los adultos que lo rodean no los sueltan un único instante?Cuando hablamos por celular tenemos la tendencia de alzar la voz, lo cual invade la privacidad de quienes rodean al hablante, llegando a ser francamente inconveniente. Nos sentimos en libertad de usarlo en los lugares más impensados. En las iglesias, por ejemplo, ¿Qué es ta...
La pulidora,<br/> por Luli Delgado
129d, Luli Delgado

La pulidora,
por Luli Delgado

ler em português      Leyendo la crónica de Lucy para esta semana, que de paso les recomiendo, me acordé de un aparato muy particular que salía a relucir no solamente en las Navidades, sino en casi todas las fiestas. Eso mismo: la pulidora.En realidad, era el último paso en el proceso de limpieza de los pisos. Primero se usaba, no sé si se acuerdan, un escobillón, después se pasaba la “coleta”, más adelante se cambiaba el trapo por otro seco, se impregnaba de cera líquida, había que esperar que se secara y por fin era que venía la pulidora.Generalmente, después del escobillón y la coleta empezaba el “quítate, que estoy limpiando”. “No, no la invites hoy porque estamos ocupadas”. “Te dije que te fueras a jugar a otro lado”, y la verdad era mejor irse, porque si te hacías muy evidente empeza...
A enceradeira, <br/> por Luli Delgado
Luli Delgado

A enceradeira,
por Luli Delgado

leer en español      Ao ler a crónica da Lucy para esta semana, que aliás recomendo, lembrei-me de um aparelho muito particular usado não só no Natal, mas em quase todas as festas. É isso mesmo: a enceradeira.Na verdade, era o último passo no processo de limpeza do chão. Primeiro usavas, não sei se te lembras, uma vassoura, depois passavas o rodo e pano de chão, depois trocavas o pano por um seco, impregnavas em cera líquida, esperavas que secasse e finalmente vinha a enceradeira.Geralmente, depois da vassoura e do rodo, começava o "sai da frente que eu estou limpando". "Não, não a convides hoje porque estamos ocupados. "Já te disse para brincar em outro lado", e a verdade é que era melhor ir embora, porque se te tornasses demasiado óbvio, começava o "ajuda-me aqui", quase sempre com as ta...
Se los vengo diciendo,<br/> por Luli Delgado
128d, Luli Delgado

Se los vengo diciendo,
por Luli Delgado

ler em português      Si no quieren, no me hagan caso, que tampoco soy el oráculo de Delfos, pero considerando tanta cosa inédita que ha venido pasando, nunca había hecho tanto calor, nunca antes había llovido así por esta época, lo que nos falta por ver es que aparezcan unos extraterrestres.¡Lo digo en serio!No es que me dedique a la ufología ni a las teorías de conspiración que garantizan que la NASA sabe muchísimo y no nos lo cuenta. Es más bien un simple ver hacia arriba y entender que en tanto universo resultaría imposible que seamos los únicos. Considerando que nuestro planeta está tan patas arriba, no tendría nada de extraño que un día se materializaran los sueños y expectativas de toda la gente que sí se ha metido de lleno en este asunto.El señor de esta casa, dueño de argumentos b...
Tô avisando,<br/> por Luli Delgado
Luli Delgado

Tô avisando,
por Luli Delgado

leer en españolSe não quiser, não me escute. Não sou o oráculo de Delfos, mas considerando todas as coisas inéditas que têm acontecido no planeta -- nunca fez tanto calor, nunca choveu tanto nesta época do ano, nunca houve tanta queimada e tanto degelo --, creio que precisamos da ajuda de um ser extraterrestre.Estou falando sério!Não que eu me dedique à ufologia ou às teorias da conspiração que garantem que a NASA sabe muito e não nos conta.É bastante simples. Basta olhar para cima e perceber que nós não podemos ser os únicos neste universo aparentemente infinito.Levando em consideração que o planeta está de cabeça para baixo, não seria estranho se um dia se concretizassem os sonhos de todas as pessoas que acreditaram nessa possibilidade.O senhor desta casa, dono de argumentos muito mais s...
Millennials cansados,<br/> por Luli Delgado
127d, Luli Delgado

Millennials cansados,
por Luli Delgado

Esta semana leí en El País de Madrid un reportaje firmado por Miguel Echarri que explica que la generación conocida como los millennials, nacidos entre 1981 y 1996, se han ido fastidiando progresivamente de las redes que con tanto entusiasmo ayudaron a crecer.Es que, según explica, la saturación de anuncios y ofertas imperdibles le fueron quitando poco a poco el interés de meterse a saber de los amigos. ¿Se acuerdan? Por ahí fue que empezó Facebook. Al principio era una verdadera locura, porque te pedía en amistad gente de infancia de quienes ni te acordabas, antiguos colegas de trabajo, o alguien que habías conocido en un viaje. Invariablemente, después del poco fecundo asunto derivado del “¿y qué es de tu vida?”, no quedaba mucho más, pero era muy cool eso de tener un número alto de amis...
Bienvenida,<br/> por Luli Delgado
126c, Luli Delgado

Bienvenida,
por Luli Delgado

"Fue cuando escuché un llanto maravilloso, la primera expresión de la vida que estaba esperando con tanta ilusión..." En la foto mi muchachita en uno de sus primeros bostezos... Eran las siete de la mañana y me desperté con la sensación de que el gran día había llegado.Lo demás fue una mezcla de carreras y sustos y, cuando vine a entender, estaba leyendo un periódico en una cama de hospital.Vino Nivaldo y me dijo que podíamos esperar. Yo seguí leyendo sin leer, porque en mi mente se atropellaban las ideas y no cabía una más. Mi pensamiento recurrente: “No te preocupes, que mami está contigo”.Regresó Nivaldo y me dijo que ya no podíamos esperar más.No recuerdo cómo llegué adonde llegué, pero cuando vine a darme cuenta estaba en una camilla, con una tela ve...
El doctor,<br/>por Luli Delgado
125c, Luli Delgado

El doctor,
por Luli Delgado

Durante la más reciente consulta médica a la que fui, el doctor fue lapidario: “Te estás cavando tu propia tumba”.Como desde mi más tierna infancia aprendí a no responder so pena de un diente menos, me quedé callada. Ahora, ya no por infancia, sino por vieja, sé que es mejor no entrar en discusiones inútiles. Lo dejé de ese tamaño.Eso sí. Salí de la consulta dispuesta a tomarme todos los remedios que me recetó, ocho en total. Me gasté un dineral y de paso metí en la tómbola al señor de mi casa, porque el médico dijo que a él también le harían bien.En eso quedamos hasta que Alfredo resolvió dejarlo de ese tamaño. Yo en cambio sigo, no ya para para dejar descansar la pala sino porque no voy a perder los reales.Es que con el tiempo las cosas van cambiando, o mejor, uno va cambiando. Una vez, ...
Sardinas,<br/> por Luli Delgado
124b, Luli Delgado

Sardinas,
por Luli Delgado

Mi cotidianidad está llena de cosas que me quedo sin entender, pero tampoco puedo andar por la vida pidiendo explicaciones. El otro día en el Metro comenzó a acercarse a mí una persona agitando los brazos efusivamente. Ahí pensé: “O está loca de atar, o acaba de encontrarse con quien había acordado”. Por un momento pensé que venía a mi encuentro, pero no. Me pasó por un lado, perdida en su entusiasmo, y yo resolví no voltear para salir de dudas. Total, no era conmigo. Por fin llegó el vagón que yo esperaba y me monté o me montaron, todavía no estoy segura. En uno de los frenazos casi le caigo encima a un señor, pero quedó claro que no era por asedio sino por mi papel de sardina en aquella lata. Si te agarras del tubo, te mueres de pensar que tocas un tubo que ha tocado un mont...
Hijas de Eva, por Luli Delgado
123a, Luli Delgado

Hijas de Eva, por Luli Delgado

Mi papá siempre decía a propósito de cualquier manifestación de coquetería femenina: “es que no pueden negar que son hijas de Eva”.Hoy lo recordé porque cuando iba a unirme a una fila, nos pasó por el frente un señor con mucha prisa que empujó el hombro del hombre que se convertiría en la persona antes de mí en la cola. Cuando llegué más cerca él movió su brazo a modo de defensa, a lo que yo le dije: “no se preocupe, que no lo voy a empujar”. Para mi enorme sorpresa me respondió: “¿de verdad no me va a empujar? ¡qué pena!” Aquello me pareció divertidísimo, porque antes de este, no me logro acordar de la última vez que recibí un piropo.Comentándolo con el señor de mi casa, quien ajeno a mis “affaires” me esperaba en la mesa de la cafetería, recordamos la vez que Ceci, con no más de siete añ...
La maleta,<br/> por Luli Delgado
122b, Luli Delgado

La maleta,
por Luli Delgado

A los 94 años Lulucita se mudó a Brasil a vivir con nosotros y su único equipaje fue una maleta mediana donde tenía todo lo que necesitaba y lo que llamaba la atención es que nunca llegó a necesitar nada más. Yo le compré unos zapatos, porque eran de dos tonos y estaba encantada porque se parecían a los de “su época”, y más adelante otros color vino tinto, porque me contó coqueta que nunca había tenido zapatos de ese color. Eso por consentirla, no porque realmente le hicieran falta. En cambio el año pasado, cuando fuimos a pasar las Navidades con nuestras hijas, me llevé más o menos el doble de lo que realmente necesitaba. Es que, si no ponemos cuidado, sucumbimos a la tentación de meter todo lo que se nos va ocurriendo. Después vienen los malabarismos, primero para que la mal...