Retratos, s/f
¿De qué se puede estar segura? ¿Es necesario estarlo? ¿Para qué? Responder sólo a una de estas preguntas es un verdadero compromiso. Primero por la mecánica de nuestras vidas. No se puede tener seguridad de nada, porque el ritmo de las invenciones y la puesta en práctica de productos y sistemas que nos cambian el día a día es infernal.
De hecho, el ritmo de lo que se puede conocer en este siglo se apresura, cuando hay mecanismos como el de la inteligencia artificial, creadora de situaciones a las que hay que adaptarse lo más pronto posible.
Por lo menos, podemos estar seguros de nuestra familia, de nuestros amigos, de nuestros amores. ¿Podemos? Tal vez de lo que sienten hoy o de lo que creemos que han sentido por nosotros, de esa permanencia. Pero al día siguiente, la situación puede cambiar y ese amor puede convertirse, como dice la canción en un “periódico de ayer”-
Es un ejemplo del problema hablar de los periódicos de papel, porque la gente leía muchos antes. Ahora se lee la mayor parte de las noticias en los teléfonos, incluyendo los libros que más nos gustan, si es que directamente no se suprime la lectura y se informa uno por podcasts, dejándola definitivamente a un lado.
En fin, podemos estar seguros solamente de que la inseguridad va a más. Para lograrlo realmente quedaría un último recurso o dependiendo de cómo se vea, el primero: estar seguros de nosotros mismos. Y tampoco se puede generalizar, porque hay quienes dependen ansiosamente de las circunstancias, de las expectativas, es decir, viven atados a lo que hagan o digan los demás. Si no los aprueban se sienten perdidos. La única manera de sobrevivir sin depender de las expectativas del entorno es crecer por dentro, ponerle más cuartos, habitaciones, bibliotecas, sueños a nuestra vida.
Eso nos dará seguridad. ¿Y felicidad? Pues posiblemente no. Ese es otro tema.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com