Ciudad de senderos,
por Victorino Muñoz

Soy un senderista un poco menos que aficionado, ya que lo practico de manera no tan asidua como quisiera, pues dedico mucho más tiempo a la carrera de fondo y también un poco al ciclismo.

Sin embargo, el senderismo es una actividad que me atrae bastante. En otro momento profundizaré en sus ventajas. Por ahora, me quedo con una: contemplar la ciudad desde lo alto. Y es que soy un enamorado de Valencia, y me gusta verla en sus diversos ángulos.

Afortunadamente, Valencia es una ciudad rodeada de muchas montañas y también de mucho verde, puesto que tenemos la doble suerte de que los cerros conservaron la capa vegetal y no fueron reemplazados los árboles por construcciones precarias, valga el eufemismo.

Ahora, lo que quería decir es que para quien practica el senderismo, Valencia es una ciudad ideal, porque hay muchas rutas que explorar. Tan solo por mencionar las que están hacia el centro o la zona norte tenemos:

– La fila de Guacamaya, que es mi favorita, porque tiene más sitios de interés, como la cueva grande, la del indio, la cruz mayor, la ermita de piedra, las tres cruces, etc.

– También el cerro Copey o morro de San Blas, llamado el hombre acostado, porque así parece cuando se ve desde el oeste.

– El Casupo, muy conocido y transitado en los días libres. Parece ser el cerro favorito de los valencianos.

– Está también la vía de Tazajal, que comunica hacia el otro lado de la ciudad, que es el valle de San Diego.

– Hacia la zona de Guataparo, aledaña al dique, hay unas largas rutas que llegan hasta San Luis y hasta Tocuyito.

– Y la que para mí es la joya de la corona: la antigua ruta de los españoles, con su magnífico puente ojival, muy bien conservado. Atraviesa la cordillera de la costa y hace parte de los atractivos del parque Nacional San Esteban.

Y todavía hay mucho más. Valencia es una ciudad de senderos o para senderistas. Y he visto muchos por allí deambulando, hasta familias enteras con niños pequeños hacen sus caminatas los fines de semana.

Así que están cordialmente invitados. Busquen su mochila, una gorra, un cayado o bastón y una botella de agua. Nos vemos en la subida o en la bajada. Allá vamos.

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