Mi inspiración se ha trastornado estos últimos días.
Entre una y otra cosa me he sentido dispersa y falta de atención.
Estaba a punto de tirar la toalla esta semana, pero no sé si por destino o azar, me crucé con un cuaderno viejo.
Me puse a hojearlo, y bueno, a falta de novedad, comparto algunas de mis notas de entonces.
“El amor es como una pasión, que te sientes diferente”. (mi hija a los 10 años).
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“Todos sueñan con encontrar el amor de su vida, solo que yo lo soñé más intensamente.” (escuchado en una película francesa).
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“Mami, ¿cuándo empezaste a reconocer tu vida?” (otra pregunta filosófica de mi hija de 11 años). Todavía estoy pensando en la respuesta.
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“Tener la razón anticipadamente, también es equivocarse”. (no anoté la fuente)
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“La vida se ha extendido en todas partes, dando vueltas cada vez más amplias”. (Mitología Kogui)
Y, como siempre, encuentro consuelo en los poetas, termino con este verso:
“El río se desliza por su dulce querer…” (William Wordsworth)
Me disculpo por este collage irrelevante encontrado en mi cuaderno viejo.
Espero que no solo yo, sino un país entero, hoy con la frente muy en alto, recupere su inspiración.
Y en medio de estas incoherentes notas que hoy comparto, yo digo, ¡Amada libertad, ojalá un día nos encuentres como una brisa fresca…!