Encuentro de la Caperucita y el lobo, 1862
Cuando me llamó para contarme, yo me fui a sus relatos de salida del colegio.
“Mami, esta semana trabajé en un rodaje donde había un lobo. Vino con su entrenadora y todo. Tienen una mirada rara. Se parecen mucho a un perro grande, pero el hocico es diferente. Los tenían en una granja que los criaba para después hacer abrigos, pero la prohibieron y ahora es una especie de santuario para su preservación. Ah, y no ladran…”
Ahí me di cuenta de que hasta la fecha yo nunca he visto uno como no sea en fotos y cine, así que le pedí que me mandara una foto.
Cuando la recibí, lo único que atiné a responderle fue que era igualito al de la Caperucita…
Sigo. La hijita de un colega de trabajo rebautizó la historia como la de la “Caperucita y el bobo”. Debe ser que ya los niños, de tanto ver monstruos de esos que vienen de lejos y cargados de superpoderes, ya ni les va ni les viene un simple lobo que se come a una abuela. En fin…
Esta semana, encontré un video captado desde un dron donde se ve a una manada de lobos atravesando un túnel de nieve. Como el tema estaba todavía en el tapete, se lo mandé a Ceci para compartirlos con ella en estado natural.
Y pensando sobre el asunto, me acordé de una vez que, en la época en la que yo era apenas hija, Lulucita se fue de viaje y me dejó una nota que entre otras recomendaciones decía: “Cuídate mucho de los hombres, de los lobos y de los hombres lobos”. Las dos sabíamos perfectamente a lo que se refería…
Fue Directora Ejecutiva de la Fundación Andrés Mata de El Universal de Caracas, y Gerente del Centro de Documentación de TV Cultura de São Paulo. Es autora de varios libros y crónicas.
delgado.luli@gmail.com