Inteligencia artificial, IA y aprendizaje automático, 2018
Aunque estamos en el siglo XXI, nuestra situación es similar a la de los habitantes de Ingolstadt, Alemania, a principios de siglo XIX. Somos inocentes e ignorantes de lo que se desarrolla en el castillo de un tal doctor Víctor Frankenstein; pero muy pronto, seremos testigos o víctimas de su creación.
El acelerado desarrollo que ha experimentado la Inteligencia Artificial en los últimos meses, podría desembocar en la creación del “monstruo” del siglo XXI.
Aunque para los amantes de la informática y la tecnología una afirmación como esta pudiese resultarles exagerada, solo hace falta revisar los alcances que ha tenido; y hasta ahora, sin ningún tipo de control.
La simple creación de un Avatar ha evolucionado hasta la representación, con inteligencia artificial, de un personaje real. Antes le podíamos colocar voces “genéricas”, ahora, se le puede añadir la voz del personaje. Existen aplicaciones que con pocas instrucciones elaboran un informe, un discurso; otras, que de la misma manera podrían elaborar una imagen, indistinguible de una real. Todo esto por mencionar algunas aplicaciones que comienzan a estar al alcance de todos.
Está disponible un buffet para los creadores de Fake news y otros personajes de malas intenciones. Podrían crear declaraciones falsas de un presidente, incluyendo una de guerra.
Buscando una definición sencilla de lo que es la inteligencia artificial, encontramos que es el conjunto de sistemas o combinación de algoritmos, cuyo propósito es crear máquinas que imitan la inteligencia humana para realizar tareas y pueden mejorar conforme la información que recopilan. Sin embargo, los sistemas son capaces de cometer errores, incluso de inventar información. A esto, los investigadores lo han llamado “alucinación”… ¿Podríamos ser víctimas de una de ellas?
Solo como dato para reflexionar… Recientemente varios profesionales de diversas áreas, investigadores e impulsadores de la tecnología, firmaron una carta abierta dirigida a la U.S. Federal Trade Commission, solicitándole “pausar” el desarrollo y comercialización de nuevos avances en inteligencia artificial.
Curioso ¿no? Que impulsadores de la tecnología “se asusten” con lo desarrollado. Cualquier parecido con lo que experimentó el Dr. Víctor Frankenstein con su creación es pura coincidencia.
P.D. Esto lo escribí yo, no soy un robot.
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