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Luis Alejandro Rodríguez

La Cenicienta malvada, por Luis Alejandro Rodríguez
95b, Luis Alejandro Rodríguez

La Cenicienta malvada, por Luis Alejandro Rodríguez

Cuando percibimos algo como “inocente”, subestimamos el daño que nos puede causar. Este es el caso del estrés oxidativo.Al igual que la diabetes o la hipertensión, el estrés oxidativo afecta a todo el cuerpo. Nadie dice “Yo soy hipertenso del brazo derecho” o “Yo soy diabético de la cintura para abajo” pero sí puede haber oído a alguien decir: “tengo la piel dañada por el estrés oxidativo”.Las enfermedades que afectan a todo el organismo, dependiendo de las características individuales de cada uno de nosotros, pueden lesionar a unos órganos más que a otros. El estrés oxidativo puede mostrarnos el daño que provoca en la piel, pero no quiere decir que no esté atacando igualmente los otros órganos del cuerpo, por lo que en un futuro podría aparecer además del daño en la piel, Alzheimer, Parki...
El nuevo Frankenstein, por Luis Alejandro Rodríguez
93c, Luis Alejandro Rodríguez

El nuevo Frankenstein, por Luis Alejandro Rodríguez

Aunque estamos en el siglo XXI, nuestra situación es similar a la de los habitantes de Ingolstadt, Alemania, a principios de siglo XIX. Somos inocentes e ignorantes de lo que se desarrolla en el castillo de un tal doctor Víctor Frankenstein; pero muy pronto, seremos testigos o víctimas de su creación.El acelerado desarrollo que ha experimentado la Inteligencia Artificial en los últimos meses, podría desembocar en la creación del “monstruo” del siglo XXI.Aunque para los amantes de la informática y la tecnología una afirmación como esta pudiese resultarles exagerada, solo hace falta revisar los alcances que ha tenido; y hasta ahora, sin ningún tipo de control.La simple creación de un Avatar ha evolucionado hasta la representación, con inteligencia artificial, de un personaje real. Antes le p...
Una banda peligrosa, por Luis Alejandro Rodríguez
89b, Luis Alejandro Rodríguez

Una banda peligrosa, por Luis Alejandro Rodríguez

Recién graduado, conseguí una suplencia como médico rural en un ambulatorio cerca de la ciudad de Maracay.Desde mi llegada la directora hizo todo lo posible para que renunciara y me fuera. Esta historia es apenas uno de varios episodios…El centro, que quedaba a la orilla de la carretera, estaba equipado para atención ambulatoria y algunas emergencias. Durante las noches había un médico de guardia y dos enfermeras.Una noche, la quietud fue interrumpida por un estruendo, frenazos y un choque. Casi inmediatamente, llegó a toda velocidad un automóvil. El chofer se bajó rápidamente y cargó al pasajero. Tenía una hemorragia por la amputación traumática de su brazo izquierdo.Logramos controlársela con pinzas hemostáticas, lo estabilizamos y referimos a la emergencia traumatológica del hospital ce...
La vida según Forrest Gump, por Luis Alejandro Rodríguez
80c, Luis Alejandro Rodríguez

La vida según Forrest Gump, por Luis Alejandro Rodríguez

Forrest Gump, el personaje de la novela de Winston Groom, a pesar de haber sido condecorado, destacado en deporte, millonario, y creador de tendencias, nunca fue consciente de los reconocimientos, ni requirió de ellos para sentirse bien consigo mismo. Claro, podría considerarse que la teoría de Maslow no aplicaba en él a causa de su ligera discapacidad mental. Sin embargo, sí existen personas totalmente normales, que, aunque los merecen, no necesitan de reconocimientos… y otras, que aún sin méritos, no “pueden vivir” sin ellos. La pirámide de Maslow coloca de una manera gráfica la teoría sobre la motivación, tratando de explicar qué impulsa la conducta humana. La base representa las necesidades biológicas, las fisiológicas: respirar, comer, dormir… El segundo nivel en acenso r...
Este cuento sí ha cambiado III, por Luis Alejandro Rodríguez
50b, Luis Alejandro Rodríguez

Este cuento sí ha cambiado III, por Luis Alejandro Rodríguez

Cuando en 1841 se publicó el cuento Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe ―Obra que entre otros méritos inicia el género de las novelas policíacas―, los lectores resultaron impactados con la descripción del grado de brutalidad con el que madame L'Espanaye y mademoiselle Camille L'Espanaye, madre e hija, fueron asesinadas en su apartamento.Una descripción y narración de un evento similar ya no es algo que hay que buscar entre las líneas de las obras de un famoso escritor; hechos como ese los tenemos de manera muy frecuente en los medios y en las redes. Han pasado a ser informaciones del día a día.No es sólo la frecuencia lo que ha cambiado: en el siglo XIX los lectores se impactaron por un hecho ficticio; ahora en el siglo XXI apenas “parpadean” con los hechos reales.Las redes ...
Este cuento sí ha cambiado II
49a, Luis Alejandro Rodríguez

Este cuento sí ha cambiado II

 La realidad es una sola, pero existen factores que, en cierta forma, están tratando de “obligarnos” a que la percibamos o asimilemos de una manera diferente. La tecnología ha sido considerada como uno de esos factores.La tecnología y sus avances no tienen nada de malo cuando se implementan para cubrir las necesidades que originaron su desarrollo. El problema aparece cuando nosotros, los usuarios, comenzamos a utilizarla para otros fines, o como sustituta de importantes actividades y relaciones humanas.En estos momentos usted está leyendo este artículo en un medio logrado por estos avances, pero a unas cuantas pantallas de esta, podría encontrar “cualquier cosa”. El problema no es el dispositivo y sus programas, que ahora nos permiten conocer de nueva información, puntos de vista u opinion...
¡Este cuento sí ha cambiado!, por Luis Alejandro Rodríguez
48b, Luis Alejandro Rodríguez

¡Este cuento sí ha cambiado!, por Luis Alejandro Rodríguez

Esta frase, que eventualmente hemos utilizamos para referirnos a un hecho que ocurre o tiene un desenlace muy diferente al esperado, se ha convertido en una expresión muy frecuente. Ahora, que “Caperucita Roja se coma al lobo”, es algo que podemos encontrar todos los días cuando recibimos y revisamos la información presentada en los diferentes medios de comunicación. ¡¿Qué está ocurriendo?! Son múltiples los factores que están provocando estos cambios, ya presentes en todos los ámbitos, y a los cuales nos hemos ido sometiendo de forma lenta, progresiva… en total sumisión. De todos ellos, hay tres que destacan: el lenguaje, la tecnología; y… nuestra propia humanidad. El lenguaje está cambiando, pero esto no es nuevo. Desde hace siglos la Real Academia de la Lengua se ha mantenido ...
Reflexiones sobre “La metamorfosis”, por Luis Alejandro Rodríguez
46b, Luis Alejandro Rodríguez

Reflexiones sobre “La metamorfosis”, por Luis Alejandro Rodríguez

Cuando nuestro abuelo desarrolló la Enfermedad de Alzheimer, o el tío Juan tuvo aquel desafortunado accidente que lo dejó incapacitado y lleno de cicatrices… ¿No fueron estos casos de Metamorfosis?Recurrir a lo absurdo para enfrentarnos a la realidad es un recurso que Kafka manejó magistralmente en su narración de La Metamorfosis.En su obra, Gregorio Samsa, un joven como cualquier otro, vive con su padre, madre y hermana a los que mantiene con su trabajo. Un día, sin desearlo ni buscarlo, amanece convertido en un insecto gigante. Esto lo hace especial, y lo incapacita para el trabajo.Sus relaciones con el entorno familiar cambian radicalmente, su hermana lo atiende, lo cuida y lo alimenta, pero su dedicación cambia al final. Gregorio se ve enfrentado al rechazo, el aislamiento y la soledad...
La Virgen del Tamarindo, por Luis Alejandro Rodríguez
44a, Luis Alejandro Rodríguez

La Virgen del Tamarindo, por Luis Alejandro Rodríguez

Hace muchos años, en la cantina del colegio (estaba yo en Kínder) compré un tamarindo,  una pequeña porción de pulpa de la fruta  que venía envuelta en papel celofán; era el dulce más barato. No esperaba encontrarla, ni tampoco las conocía, pero me topé con una de ellas. Como no sabía qué era, le pregunte a los señores que atendían la cantina, un matrimonio de viejitos —bueno, así los veía yo a mis cinco años—. Eran muy amables y cariñosos; ambos riendo me dijeron que no me preocupara, pues lo que tenía en mis manos era una semilla de tamarindo. ¡Ah!, si era una semilla se la llevaría a mi abuela, a ella le gustaban mucho las plantas. Mi abuela después de examinarla me confirmó lo que era, entonces le pedí que la sembrara. Su respuesta me sorprendió… “¡No!, yo no la voy a sembrar...

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