A todos nos gustaría volver atrás y cambiar el pasado con su mezcla de recuerdos verdaderos y falsos. Pero el pasado no es tan fijo como imaginamos. El futuro está en constante cambio y el presente es la única certeza.
Tu cabeza es una imagen de piezas desconectadas de un rompecabezas. A medida que los viejos recuerdos se alejan, la persona que ves en ese recuerdo parece tener poca o ninguna conexión con la persona que eres ahora. Esto no es anormal. Es saludable.
La memoria es elástica. Se adapta. Recordamos vívidamente lo que es importante para la supervivencia. Si caminaste sobre el hielo delgado de un lago y te mojaste al caer, lo recuerdas. Recuerdas que el fuego quema y que los perros silenciosos son peligrosos.
Los recuerdos vinculados a las emociones permanecen más tiempo en el cerebro: el primer amor, la muerte repentina de alguien cercano. El resto es polvo mental que nuestras neuronas cerebrales barren mientras dormimos por la noche, borrando fragmentos de información que se han vuelto irrelevantes.
Las personas con la capacidad de retener y recordar todo, a menudo están bloqueadas. Viven en el pasado y les resulta difícil visualizarse en el futuro.
“La distinción entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión obstinadamente persistente. La única razón del tiempo es que todo no suceda a la vez”. – Albert Einstein.
A medida que pasa el tiempo, se eliminan más fragmentos de datos inútiles. Cuando intentas recordar ciertos eventos, quedan menos detalles y lo que queda parece “remoto” o perteneciente a otra persona.
El cerebro tiene entonces un impulso insidioso de reinventar elementos que fueron eliminados y pegar imágenes al azar sobre los espacios vacíos, plagiando películas, novelas, historias de otras personas.
Nuestras experiencias, creencias y valores evolucionan, lo que nos lleva a ver los eventos pasados a través de una lente diferente. Este cambio crea una sensación de desapego de nuestros recuerdos, haciendo que los recuerdos parezcan distantes o desconocidos.
Es claramente un cliché, pero nuestro objetivo debería ser vivir en el presente, evitar demasiada nostalgia y dejar que el futuro se desarrolle naturalmente como una flor que se abre.