Caras, s/f
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Le leí a Gabriel García Márquez un escrito en el que afirma que ser leal es más importante que ser fiel. Me atrevo a sugerir que esta afirmación de Gabo podría haber surgido como una forma de mitigar las posibles consecuencias de algún reclamo por parte de su esposa debido a sus aventuras amorosas.
Entre estas aventuras, se menciona que el escritor tenía una amiga íntima en Cuba llamada Juanita, con quien compartía una casa que el dictador le había regalado. Pero dejemos de lado el chisme y centrémonos en la diferencia entre lealtad y fidelidad.
Aunque la fidelidad y la lealtad son conceptos relacionados, poseen matices distintos que pueden ser relevantes en diversas circunstancias. La fidelidad se refiere, en general, a la adherencia a un compromiso o promesa, especialmente en relaciones románticas o amistades. Implica ser constante y no traicionar la confianza de otra persona.
Por su parte, la lealtad es un concepto más amplio que abarca no solo el compromiso personal, sino también el apoyo y la defensa de alguien o algo, ya sea una causa, un grupo o una ideología. La lealtad conlleva un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia los demás.
La importancia de cada concepto depende del contexto y de los valores de cada individuo. Algunas personas priorizan la fidelidad en sus relaciones personales, mientras que otras valoran más la lealtad hacia amigos, familia o ideales. En última instancia, ambos conceptos son significativos y pueden coexistir en diferentes aspectos de la vida. La clave está en encontrar un equilibrio que funcione para cada persona y situación.
Gabo parecía justificar sus infidelidades al argumentar que la lealtad es más relevante. Este puede ser un argumento atractivo para quienes, con tendencias infieles, buscan aliviar su culpa. Sin embargo, en las relaciones de pareja, la fidelidad suele ser más valorada que la lealtad, aunque es importante reconocer que la fidelidad es un concepto cultural que varía según las normas sociales de cada comunidad. En algunas sociedades se aprecia la monogamia estricta, mientras que en otras se permite la poligamia o las relaciones abiertas.
En definitiva, la fidelidad es un concepto cultural que se redefine constantemente a través de la interacción entre normas sociales, creencias y experiencias individuales.
Médico psiquiatra clínico, profesor universitario jubilado en Venezuela y activo en Perú, casado, con seis hijos y seis nietos. Soy un viejo feliz
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