La comisión inmediatamente trató de devolver a las cavernas su condición primitiva, eliminando luces y aire acondicionado al tiempo que prohibían las visitas a la misma por un periodo de tres meses. Esto, sin embargo, resultó inútil ya que las manchas en lugar de desaparecer, sólo se esparcieron más rápidamente. Impotente ante el mal que consumía las pinturas, el gobierno tomó medidas extremas y comenzó a fotografiar sistemáticamente todas las obras de arte en la misma, preparándose para la eventualidad de su desaparición al ser cubiertas totalmente por el misterioso moho verde!
Sin embargo, dos biólogos no se dieron por vencidos e investigaron cuidadosamente el fenómeno para determinar su origen y posible remedio. Tras cuidadoso estudio se descubrió el microorganismo responsable: este era un alga esférica y muy resistente llamada “Palmelococcus”. Según parece, este microorganismo floreció en la región en épocas prehistóricas, pero debido a las condiciones especiales dentro de las cuevas no llegó a propagarse allí. Tras el descubrimiento de las pinturas y el comienzo de la afluencia de gente, las condiciones cambiaron pues los visitantes introdujeron el alga adherida a la tierra de los zapatos y una vez allí, las luces artificiales, la temperatura, las sales del sudor de los visitantes así como el polen y las bacterias que también introdujeron, formaban el medio ambiente ideal para la procreación y propagación de los microorganismos del Palmelococcus.
