
Entre las cosas más características de Londres está su niebla. Los antiguos romanos llamaban a Inglaterra “el país de la niebla” y los ingleses, como es lógico, la aceptan con la misma flema con que han tolerado todas las calamidades que les han acaecido a través de la historia. Pero es indudable que hasta los ingleses perdieron la calma en diciembre de 1952, cuando descendió sobre Londres lo que se conoce como “La niebla del siglo”.