Gente que Cuenta

Nido de pájaro,
por Lucy Gómez

Thomas G Gentry Atril press
Thomas G Gentry,
Nido de golondrinas, 1882

Iba caminando a una cita, muy temprano. Me senté un rato en un banco. Un revoloteo cercano me hizo levantar la mirada hacia un árbol enorme, con un tronco de más de un metro de diámetro que se dividía en dos mucho más arriba de mi cabeza. En la bifurcación había un círculo de hojas, de donde entraban y salían pájaros, golondrinas y palomas, sobre todo. Era un super nido, donde se encontraba un grupo que venía a supervisar las crías, a darles comida, a piar de sus cosas, qué sé yo…

Es un esfuerzo gigante el que hacen atravesando urbanizaciones enormes para ellos, donde los árboles son pocos, sin estanques o ríos.  En las ciudades grandes es peor, porque aumenta el número de edificios y el calorón, ahora que es verano en el hemisferio norte. En las mega ciudades, el vidrio de los ventanales de las torres de oficina convierte las calles en islas de cemento con un brillo que desorienta y aísla.

Hay pájaros que viven muy poco, como las golondrinas. Cada nido lo hacen a punta de bocaditos de barro que llevan en el pico, mastican y emparejan, quitándole las bolsas de aire que puedan tener. Así le dan mayor resistencia. Cada nido puede necesitar 2500 bocaditos, alrededor de cinco mil viajes.

Si a alguien se le ocurre la brillante idea de quitarlo porque le parece que ensucia o se ve feo, el pájaro tendrá que volver a empezar, dedicando al asunto dos o tres semanas más y retrasando la puesta, porque deben cazar cantidades inmensas de insectos, mosquitos o moscas, casi siempre, para que los pichones multipliquen su peso en tres semanas y puedan migrar.

El tiempo en que estos pájaros hacen sus nidos es clave, porque deben coincidir el calor y la lluvia en los meses precisos, según el país, de modo que haya insectos y barro suficientes.

La contaminación de nuestras ciudades los afecta porque muchos materiales de los que usan están sucios. La suciedad de papeles y plásticos aumenta con la urbanización. A más basura en el nido, menos polluelos.

Sé que a algunos las aves les son indiferentes, pero inclusive si no te interesan particularmente, es bueno que sepas que gracias a ellas se controlan las poblaciones de insectos y ratones. Polinizan las plantas, contribuyendo a la belleza de nuestras casas y ayudan a los horticultores urbanos a cultivar frutas y vegetales, les debemos parques   con variedad de flores y árboles y un ambiente más limpio, porque las plantas que ayudan a subsistir   filtran los contaminantes de la atmósfera.

Para quienes las encontramos bellas y armoniosas, con su presencia, el tiempo se nos hace amable y hermoso.  Veinte por ciento de las aves del mundo viven en las ciudades, cada vez que veas una, intenta ayudar.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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