None of my business,
por Victorino Muñoz

Meterse en la vida de los otros pareciera ser, en los tiempos que corren, el mayor entretenimiento que existe. Da la impresión de que es lo que mueve el mundo: no es la información, sino el chisme, el cuarto poder.

Y aunque no siempre se nota la diferencia que hay entre una y otra, es necesario saber que chisme es toda aquella información que no necesitas, para nada, en tu vida.

La frase en inglés no podría ser más clara. None of my business significa no es mi asunto y no es mi negocio. O sea, ese dato no me genera ganancias, en ningún sentido.

Entonces ya sabes la verdad: eres chismoso si lees y comentas noticias de este tipo:

Que si la amante de Piqué se comió la mermelada que había en la nevera, como el barbarazo de la canción de Wilfrido… eso es asunto de ellos tres; porque, hasta donde sé, tú no eres quien hace las compras en la casa de Shakira.

J Lo y Ben Affleck quieren tener sexo todos los días… ¿Es que acaso te piden la cama prestada para eso?

Que si la nueva esposa de Marc Anthony podría ser su nieta… Pero no lo es, y punto.

¿De qué hablarán el cantante de Red Hot Chilli Peppers (de 62 años) con su novia de 19…? De algo que solo debería importarle a ellos dos.

Que si hay personas que le celebran el cumpleaños al perro… ¿En qué te afecta? ¿Acaso ese dinero es tuyo? ¿Te lo pidieron prestado?

Cierto que hay celebridades que viven de eso y hacen de su vida un espectáculo público para atraer seguidores, como Johny Depp  y Amber. Pero igual podemos ignorarlos. Yo lo hago. O trato.

Porque si estoy enterado de todas esas situaciones, no es que me la paso escudriñando en la vida de nadie. Es que a cada rato y en todos lados aparecen esas noticias. Apenas uno abre el teléfono llegan las notificaciones.

Y cómo me esfuerzo en borrar esos contenidos y decir que no me importan, para que no aparezcan más. Hasta he ido tachando de mi lista a las personas entrometidas. Nada. Siguen llegando las noticias de farándula.

Claro, yo sé lo que me pueden responder muchos: que si ellos quieren meterse en la vida de los demás, es su asunto. Y es cierto. Cada quien pierde el tiempo de la manera que quiere. Pero tengo para mí que ocuparse del chisme se encuentra entre las peores maneras que existen.

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