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Hace unas semanas, entró a trabajar en mi oficina Misty, una veinteañera pequeña, fibrosa y enérgica dispuesta a demostrarle a todo el mundo que el movimiento perpetuo es posible. Nada de lo que se le encarga le parece difícil ni le molesta; cuando llego a la oficina, ella ya tiene varias horas trabajando y me saluda abrazándome como si yo regresara de un safari y, cuando me voy, me despide con una sonrisa tan fresca como las verduras que se va comiendo al mediodía mientras corretea por los pasillos cumpliendo encargos de la redacción, de la gente de ilustraciones y del departamento de investigación. Verla repartir carpetas, contestar el teléfono y ponerse colirio al mismo tiempo me agota y me intriga por igual.
─ ¿Cómo haces para no cansarte? ─ le pregunté un día.
─ Lo que pasa es que… ─ hizo una pausa dramática ─ … ¡Soy muy apasionada! … hago todo con pasión, pasión, pasión… mi vida es una pasión y… ─ se me acercó como para revelarme algún secreto egipcio ─ ¡yo soy una apasionada de la vida!
Tuve que asegurarle que había entendido perfectamente desde el principio, pero ella insistió en aclararme el asunto de su pasión desenfrenada por la vida hasta que las puertas del ascensor se cerraron y pude respirar tranquilo.
Hay un pequeño bar donde un pianista improvisa constantemente temas famosos de smooth jazz mientras un barman experto te sirve el mejor remedio contra el estrés. Después de dos tragos estaba más tranquilo y Manolo se dispuso a acompañarme con el del estribo.
Cuando le conté de la apasionada Misty, me escuchó atentamente asintiendo hasta que yo dije:
─ Quisiera tener la pasión de Misty. Seguramente haría mucho más de lo que hago.
─ ¡Cuidado con lo que deseas! ─ me advirtió Manolo ─ la pasión es un terreno peligroso. La mayoría de la gente cree que ser apasionado es una bendición, pero todo depende. ¿Tú dominas tu pasión o tu pasión de domina a ti? Pasión puede significar hacer cosas con vehemencia, pero también puede significar que eres pasivo y que quien actúa en tu lugar es tu pasión. Puede que tu amiga Misty actúe con la cabeza caliente, pero con el corazón frío, no lo sé. Pero si quieres desear algo deberías desear actuar siempre con el corazón caliente, pero con la cabeza fría.
Por supuesto aquel no fue el último trago de la noche.

Profesor universitario de Literatura del Renacimiento y Teatro Contemporáneo. Escritor de ficción para cine, televisión y literatura, especialmente policial. Sus novelas “Por poco lo logro” y “Serpientes en el jardín” se consiguen en Amazon. Ha creado y dirigido Diplomados de Literatura Creativa y de Guion audiovisual en la Universidad Metropolitana de Caracas. Actualmente mantiene un programa de cursos virtuales relacionados siempre con la Narrativa en todas sus formas.
josemanuel.pelaez@gmail.com