Gente que Cuenta

Te cuento que…
por Suzan Matteo

Arthur Phillip Atril press
“Australia comenzó con cadenas, grilletes y el sueño de convertir un trozo de tierra inhóspita en algo parecido a un hogar…”

Era el 26 de enero de 1788. Arthur Phillip, capitán británico, salta del barco con la dignidad de un lord. No era un conquistador, ni un descubridor, ni el Indiana Jones del Imperio Británico. Su misión era más bien práctica, tirando a incómoda: llevar población penal a un rincón perdido del planeta porque en Gran Bretaña ya no cabía un preso más. Así que ahí lo tienes, desembarcando en un lugar llamado Australia porque el nombre de «Tierra de bichos raros y calor infernal» no cabía en los mapas.

Australia comenzó con cadenas, grilletes y el sueño de convertir un trozo de tierra inhóspita en algo parecido a un hogar. Phillip no la tuvo fácil. Los aborígenes, con razón, miraban a los recién llegados como quien ve una plaga de langostas. Y, para colmo, los convictos no eran precisamente expertos en jardinería ni en construcción. Seguro que más de uno debió preguntarse si no habría sido mejor quedarse en una celda húmeda en Londres.

Pero, ojo, Australia no es solo su historia penitenciaria. Tampoco es únicamente playas paradisíacas, canguros, koalas, «Cocodrilo Dundee» o «Buscando a Nemo». Es un continente que sobrevivió a un clima extremo y millones de años de aislamiento desarrollando criaturas tan surrealistas como el ornitorrinco, que parece diseñado por los dioses, como dice la canción, en «una noche de copas, una noche loca».

Entonces, hoy, 26 de enero, sigue siendo un día complicado. Para algunos, es una fiesta patria con barbacoas y banderas. Para otros, es un recordatorio de la invasión, del despojo y del inicio de siglos de sufrimiento. ¿Cómo se celebra un aniversario con una historia tan enrevesada?

Con todo eso, Australia sigue siendo un lugar de maravillas. Es un ejemplo de resiliencia, de aprender a convivir con un pasado incómodo y mirar hacia el futuro. El significado de este día es un recordatorio de que las historias complejas merecen ser contadas con todas sus aristas, incluso las que incomodan.

Así que, si alguna vez visitas esa tierra lejana, brinda por Phillip, por los convictos, por los aborígenes y por los canguros. Porque, al final, todos ellos forman parte de esta historia tan humana, tan absurda y fascinante: ser australiano es cargar con la mochila de una historia difícil y llevarla con orgullo. Y eso, ¡merece un brindis!

Suzan Matteo Atril press
Suzan Sezille de Matteo es caraqueña, cosecha del 52; ingeniero industrial aplicada al área social; esposa, madre de dos, que ahora abuelea y escribe desde Inglaterra.
suzansezille@gmail.com
IG @tomadodeaquiydealla

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