Señales,
por Jeraige Reinoso

Hace un par de años conocí a Laura, una mujer de 38 años que llevaba una vida ajetreada entre su trabajo como abogada, el cuidado de su familia y el estrés constante de cumplir con las demandas diarias. Siempre la vi como una persona con una energía inquebrantable, pero en una consulta rutinaria, se mostró visiblemente agotada. Sus ojos, usualmente brillantes, ahora se veían apagados, y su postura parecía reflejar un peso invisible que no la dejaba descansar.

Al principio, Laura pensó que todo era consecuencia del exceso de trabajo y las preocupaciones cotidianas. Sin embargo, la historia detrás de sus síntomas se reveló como un reflejo de un problema mucho más profundo: el estrés crónico. Lo que empezó como una sensación ocasional de agobio se había convertido en un ciclo repetitivo de ansiedad, insomnio y agotamiento físico y emocional.

El estrés crónico se manifiesta con síntomas emocionales como la ansiedad o la depresión, dejando también huellas biológicas con biomarcadores como el cortisol, la proteína C reactiva (PCR), así como los niveles de glucosa en sangre. Si bien los cambios biológicos inducidos por el estrés crónico no siempre se traducen inmediatamente en una enfermedad, su presencia constante puede ser un predictor de problemas de salud futuros.

Afortunadamente, Laura decidió tomar acción. Junto con su equipo médico, comenzó un enfoque integral para manejar su estrés: implementó técnicas de relajación, modificó su rutina de trabajo, incorporó ejercicio físico regular y mejoró su dieta. Además, se le proporcionó apoyo psicológico para enfrentar las causas subyacentes de su estrés. Tras varios meses, Laura comenzó a notar mejoras tanto en su bienestar emocional, como en sus biomarcadores. El cortisol se normalizó, la PCR disminuyó y su glucosa en sangre regresó a niveles saludables.

La historia de Laura es solo un ejemplo de cómo la detección temprana y el manejo adecuado del estrés pueden hacer una diferencia significativa en la calidad de vida. La próxima vez que sientas que el estrés está tomando el control, recuerda que tu cuerpo se está expresando, y prestar atención a sus señales puede ser el primer paso hacia un camino más saludable y equilibrado. Aquí estamos para acompañarte.

de la misma autora