Hoy es el día mundial del sándwich, el plato más versátil y popular del mundo que, adaptándose a ingredientes y tradiciones culinarias tan diversas como sus propios orígenes, es fácil y rápido de preparar, e ideal para llevar a cualquier lugar.
El sándwich, tal como lo conocemos, tiene una historia curiosa que se remonta al siglo XVIII. El inventor no fue un chef ni un cocinero famoso, sino que se cuenta que el origen se debe a John Montagu, cuarto conde de Sandwich, un aristócrata inglés conocido tanto por su afición al juego como por su poca disposición a abandonar la mesa de apuestas. La leyenda dice que, durante una larga partida de cartas en 1762, pidió que le sirvieran carne entre dos rebanadas de pan para poder seguir jugando sin ensuciarse ni las manos, ni la baraja. Sus compañeros empezaron a pedir «lo mismo que Sandwich», y así nació el nombre de esta práctica y deliciosa comida.
¡Ah! Y antes de que me corrijan y digan que en español se debe decir «bocadillo» o «emparedado», les digo que la palabra sándwich figura en el diccionario de la Real Academia Española desde 1927. (Así, con tilde. La ciudad Sandwich, de donde era el conde, se escribe sin acento).
Aunque la anécdota inglesa es la más famosa, la idea de poner alimentos entre panes ha existido en muchas culturas durante siglos. Desde las civilizaciones antiguas, ya se empleaban distintos tipos de panes planos para envolver ingredientes y comerlos con las manos. Por ejemplo, en el Medio Oriente, los panes tipo pita se usaban para rellenar con carne y vegetales, algo que los modernos shawarmas y kebabs mantienen. Los romanos también tenían registros de comidas similares.
El día mundial del sándwich es una ocasión perfecta para rendir homenaje a este plato que ha evolucionado desde la sencilla «bala fría» hasta las creaciones gourmet de chefs de renombre. La variedad es infinita, y eso es lo que lo convierte en el platillo perfecto: puede ser tan simple o elaborado como uno quiera.
Así que hoy, no importa si prefieres uno casero con ingredientes tradicionales o te aventuras con nuevas combinaciones, celebra el día del sándwich con tu versión favorita. Yo aquí he aprendido a apreciar, con el té de la tarde, el sándwich que se prepara con pan blanco cuadrado, un toque de mantequilla y rebanadas muy finas de pepino, todo prensadito y cortado en triángulos. ¡Pruébalo!
¡Buen provecho!