Gente que Cuenta

Te cuento que…
por Suzan Matteo

Bartholomaus Welser natural de Augsburgo Suabia siglo XVI Atril press
Bartholomäus Welser, natural de Augsburgo, Suábia, siglo XVI

Esta historia no me la contaron en el colegio y seguramente a ti tampoco. Me pareció apasionante y trataré de resumírtela en este corto espacio; si te animas, la puedes encontrar en internet con muchos más detalles.

Durante la época en que las potencias europeas se repartían el mundo, España y Portugal llevaron la mejor parte, pero el Sacro Imperio Romano Germánico, lo que hoy conocemos como Alemania, también tuvo un breve y accidentado capítulo en América.

Los Welser de Augsburgo, una ambiciosa familia de banqueros alemanes, prestaron una fortuna al rey español Carlos I, quien, endeudado para convertirse en emperador del Sacro Imperio con el título de Carlos V, no pudo pagarles y les cedió un territorio recién descubierto en Sudamérica. Eran unos 900 km que iban más o menos desde lo que es hoy la frontera con Colombia, hasta Barcelona. Los Welser la llamaron Klein-Venedig, o Pequeña Venecia, y la recibieron con la esperanza de que su disciplina alemana encontrara lo que tantos otros habían buscado sin éxito: El Dorado.

Ambrosius Ehinger, nombrado gobernador, lideró expediciones con 400 mineros alemanes en busca del oro, pero solo encontró muerte y enfermedades.

Fundó Maracaibo un día como hoy, el 8 de septiembre de 1529, y en 1533 fue asesinado por una flecha indígena.

Su muerte no fue heroica, sino sorda y solitaria, como la de tantos otros que se habían atrevido a desafiar aquellos territorios indómitos. Pero la fiebre del oro no murió con él.

Su sucesor, Georg von Speyer, también fracasó, y las expediciones resultaron en más bajas y decepciones. El joven Bartolomé Welser tomó el control en 1540 y junto a Philipp von Hutten emprendió una última expedición desastrosa.

Finalmente, en 1546, la paciencia de la corona española se agotó. Carlos V, harto de enfrentar las quejas de los colonos hispanos, mandó revocar la concesión y envió a Juan de Carvajal a tomar el control de las tierras. No hubo ceremonia ni despedida. Carvajal se aseguró de que el último gobernador alemán, Philipp von Hutten, no tuviera oportunidad de volver a contar su versión de la historia. Lo decapitaron sin más, y con su muerte se cerró el capítulo de la aventura alemana en América.

Los Welser, que aspiraban a un imperio, se marcharon con las manos vacías, dejando solo una nota a pie de página en la historia de las conquistas.

El Dorado, esa ciudad de oro y esmeraldas, siguió siendo un espejismo en la distancia, alimentando los sueños de otros locos que vendrían después.

Suzan Matteo Atril press
Suzan Sezille de Matteo es caraqueña, cosecha del 52; ingeniero industrial aplicada al área social; esposa, madre de dos, que ahora abuelea y escribe desde Inglaterra.
suzansezille@gmail.com
IG @tomadodeaquiydealla

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