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Reseña del libro We Shall Pass, de Clifford Thurlow
En su conmovedora novela We Shall Pass, publicada por Luath Press, Clifford Thurlow presenta una narrativa magistral que evoca la profundidad emocional de Por quién doblan las campanas, de Hemingway, al tiempo que traza su propio camino por el turbulento escenario de la Guerra Civil Española.
En el corazón de la historia hay un romance que trasciende las barreras de clase. Robert “Robbie” Gillan, un escocés de clase trabajadora, y Alice Sheridan, hija de un oficial de inteligencia británico, forjan un vínculo improbable en medio del caos de la guerra. Su relación se desarrolla con una ternura que recuerda las reflexiones de Orwell sobre la conexión humana en tiempos de conflicto.
La prosa de Thurlow brilla en momentos de intensidad contenida: “No sabían nada el uno del otro y lo sabían todo”. Esta sencilla línea capta la esencia del amor en tiempos de guerra: inmediato, profundo y libre de convenciones sociales.
La novela no rehúye mostrar la brutalidad del conflicto. La vívida descripción de la Colina del Suicidio y la Batalla del Jarama resuena con la cruda realidad que retrata la poesía de guerra de Wilfred Owen. Como reflexiona un personaje: “Los labios rojos no son tan rojos como las piedras manchadas besadas por los muertos ingleses.”
Lo que eleva la obra de Thurlow es su habilidad para iluminar lo personal dentro de lo político. Cuando Robbie presencia las secuelas de una atrocidad fascista, su reacción es visceral: “¿Qué carajos les pasa a estas personas?” Este momento crudo encarna la pregunta central de la novela sobre la capacidad humana para la crueldad y la compasión.
We Shall Pass es una contribución significativa a la ficción histórica, recordándonos que más allá de las grandes narrativas bélicas existen incontables historias personales de coraje, amor y sacrificio. Thurlow ha creado una novela que honra a los voluntarios que lucharon por la democracia en España y entrega una historia de amor atemporal contra todo pronóstico.
La novela culmina en un cierre silencioso y conmovedor, cuando los caminos de los personajes finalmente se cruzan. Vínculos antes rotos se reconstruyen con cautela, y actos de lealtad ocultos revelan su peso en gestos pequeños pero profundos. Aunque marcado por la pérdida —tanto personal como política—, el final late con el pulso obstinado del idealismo que se niega a morir. En la quietud de un lugar familiar, la reconciliación se vuelve posible, y entre los ecos de lo perdido, surge una revelación —sutil, vivificante— que ofrece una promesa frágil pero duradera de renovación.

alfredobehrens@gmail.com