
Fuente: https://heinzekehrlist.wordpress.com/
Manolo me había prevenido de que iba a estar muy ocupado por varios días y, aunque yo no sé a lo que se dedica, me conformé con su advertencia. Ayer estuve tentado a llamarle, pero me arrepentí justo unos minutos antes de que apareciera con rostro cansado en el café de siempre y pidiera lo de siempre.
─ ¿Mucho trabajo? ─ le pregunté.
─ Estoy haciendo un diccionario.
─ Creo que ya se han hecho varios ─ dije riendo mi propio sarcasmo.
Manolo le daba vueltas al café mientras me explicaba que su trabajo trataba de un diccionario de “palabras con alarma”. Según él, muchas palabras estaban cargándose de significados ajenos al original y con ellas había que tener mucho cuidado. Le pedí un ejemplo y no vaciló al responder.
─ Como voy por la M te puedo hablar de la palabra MAYORÍA. Los diccionarios comunes la definen como “Parte mayor de las personas que componen una nación, ciudad o cuerpo” pero hoy en día esa palabra se usa para mucho más que para señalar una superioridad de número.
Manolo me empezó a acosar con preguntas como: ¿quién nos asegura que una mayoría lo es verdaderamente?… ¿quién ha dicho que la mayoría siempre tiene la razón?… ¿quién ha decidido usar esa palabra como un argumento más allá de una medida cuantitativa?… ¿hablamos de una mayoría de individuos o de una masa?
Como la descarga era tan cerrada, yo no tenía tiempo de expresar lo que pensaba. Las tropas de Manolo seguían avanzando sobre el campo de la discusión con muy poca resistencia.
─ A veces pienso que el mal uso de la palabra MAYORÍA viene, irónicamente, de una minoría que no cree en la superioridad numérica, pero que la usa en su beneficio ─ por fin y gracias a un sorbo de café, tuve chance de intervenir.
─ Y ¿qué piensas hacer con eso? ¿Crees que a algún editor le va a interesar tu diccionario?
Manolo se rio de verdad, por supuesto que no creía eso. Su diccionario de palabras peligrosas era para su uso personal, una lista de alarmas sobre ciertas palabras que, al escucharlas, requerían poner el doble o el triple de atención para saber exactamente la intención que esconden: MAYORÍA, SOLIDARIDAD, JUSTICIA, ALBEDRÍO, DISCRIMINACIÓN, fueron algunos de sus ejemplos de que “las palabras ya no son lo que parecen”
Manolo se levantó urgido por seguir su trabajo. Cuando supe que la siguiente palabra sobre la que iba a trabajar era MUJER, le deseé la mejor de las suertes.

Profesor universitario de Literatura del Renacimiento y Teatro Contemporáneo. Escritor de ficción para cine, televisión y literatura, especialmente policial. Sus novelas “Por poco lo logro” y “Serpientes en el jardín” se consiguen en Amazon. Ha creado y dirigido Diplomados de Literatura Creativa y de Guion audiovisual en la Universidad Metropolitana de Caracas. Actualmente mantiene un programa de cursos virtuales relacionados siempre con la Narrativa en todas sus formas.
josemanuel.pelaez@gmail.com