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En medio de vibrantes rosas de jardín, delicadamente pintadas en tonos rosas y amarillos, una graciosa mariposa revolotea con elegancia, sus delicadas alas llevan un mensaje de crecimiento, libertad y el poder perdurable del amor de una madre. En la base de esta idílica escena, un escarabajo solitario, símbolo de fuerza y protección, se yergue como guardián, asegurando la armonía de este pintoresco momento.
Los invito a que dejen que la belleza de estas flores y la presencia de estas gentiles criaturas les recuerden el amor inconmensurable y el espíritu protector de las madres: su apoyo incansable, su guía inquebrantable y su capacidad para inspirarnos a extender nuestras alas y abrazar la vida. Extraordinarias posibilidades.
En su corazón se exhiben estas fragantes rosas de jardín, descubiertas en la encantadora ciudad de Guimarães, Portugal, justo un día antes de que el país celebrara la preciada ocasión del Día de la Madre. Estas rosas, cuidadosamente seleccionadas, encarnan una sinfonía de colores y fragancias, que simbolizan el profundo amor y la gratitud que se siente hacia las madres en todas partes.
Un simple tributo a las almas que nutren y que desinteresadamente brindan amor, apoyo y guía.