La extinción del machismo, por Lucy Gómez
Tocar y besar a los demás, son actividades humanas placenteras y necesarias, para demostrar amor, afecto, cuidado y preocupación, pero también se han vuelto, cada vez más en los últimos años, en actividades que deben ser plenamente consensuadas. Es decir, son como el beso de amor, que, según la famosa canción, las españolas no se lo dan a cualquiera. Se convierten, cuando no se esperan ni se consienten, en actos agresivos para demostrar superioridad, ese “yo puedo hacer lo que a mí me da la gana contigo” que golpea, somete al otro y que caracteriza la personalidad violenta de muchos seres humanos, la mayoría, hombres.
Las costumbres cambiaron y es bueno enterarse de que no se trata de un asunto político, de un tema del movimiento feminista, sino de la mudanza de los tiempos ...