Gente que Cuenta

La extinción del machismo, por Lucy Gómez

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Jean-Leon Gerome,
Pigmalión y Galatea, 1890

Tocar y besar a los demás, son actividades humanas placenteras y necesarias, para demostrar amor, afecto, cuidado y preocupación, pero también se han vuelto, cada vez más en los últimos años, en actividades que deben ser plenamente consensuadas. Es decir, son como el beso de amor, que, según la famosa canción, las españolas no se lo dan a cualquiera.  Se convierten, cuando no se esperan ni se consienten, en  actos  agresivos para demostrar  superioridad, ese “yo puedo hacer lo que a mí me da la gana contigo” que golpea, somete  al otro y que caracteriza la personalidad violenta de muchos seres humanos, la  mayoría,  hombres.

Las costumbres cambiaron y es bueno enterarse de que no se trata de un asunto político, de un tema del movimiento feminista,  sino de la mudanza de los tiempos  porque cada vez  hay más  capacidad de transparentar motivaciones, exponer públicamente actos  e  intenciones y considerarlas legales o ilegales  en  redes sociales, actos  públicos o  familiares, comisarías y juzgados.

Para los occidentales, existen dos impulsos divergentes en el espacio y el tiempo. Después de producido el consentimiento, la interacción parece no tener final en lo mental, ni en lo psicológico ni en lo sexual. Cada vez hay más grupos, prácticas o  caminos que nos llevan a sitios y a relaciones insospechadas, pero también ojos y lenguas que intervienen en todo lo que hacemos, sobre todo si se es personaje público y si se sabe que no existe aceptación de la otra parte.

Así, puede considerarse censurable y punible todo lo que no se ha consentido: abrazos, besos, relaciones sexuales. Quien no se haya enterado, es mejor que lo haga. Porque se trata de un monstruo de dos caras: el mismo impulso que da paso a una noche pasional con alguien desconocido tras un único mensaje de texto cuando es previamente aceptado, expone  y lleva  a cualquiera a un juicio con daños morales y consecuencias económicas tan graves,  como el caso  del  beso en la boca a la futbolista Jenni Hermoso, por parte del dirigente Luis Rubiales,  después de la victoria  mundial del equipo femenino español, que provocó un tsunami deportivo y social. No entender el mundo en que uno vive, es fatal. El machismo no solo pasó de moda, se ha convertido en un estigma ciudadano y su extinción ha comenzado. Estas son sólo algunas de las señales.

Lucy Gómez e1647642232444
Lucy Gómez Periodista, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Fue jefe de redacción y de la sección política, de varios diarios de Caracas y Valencia, durante más de veinte años.
es experta en el cultivo de huertos de hortalizas y flores.
lucygomezpontiluis@gmail.com

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