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Garciamarqueanos,<br/> por Victorino Muñoz
Rafael Victorino Muñoz, 231c

Garciamarqueanos,
por Victorino Muñoz

Quienes hemos leído, releído y disfrutado la obra del gran colombiano, premio Nobel de literatura y orgullo latinoamericano, podemos distinguir algunos rasgos de la escritura de Gabriel García Márquez, que constituyen su sello distintivo, el signo de identidad de su estilo. Aparte de la presencia del realismo mágico, muchos aseguran que el más sobresaliente es la exageración o hipérbole, como también se le llama, la cual se observa a menudo en su adjetivación. Veamos: En Cien años de soledad, se dice que José Arcadio Buendía conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo de las orejas; También en Cien años… se cuenta el reto de dos personajes: “se bebió cada uno el jugo de cincuenta naranjas, ocho litros de café y treinta huevos crudos”; En M...
Semillas,<br/> por Leonor Henríquez
Leonor Henríquez, 231c

Semillas,
por Leonor Henríquez

 read it in EnglishSi alguien me viera moviendo el potecito de un lado a otro de mi casa, buscando un rayito de luz, pensarían quizás que estoy chiflada.Así estuve por varias semanas.Se trataba de unas semillitas de flores que me dieron como regalo de salida en la fiesta de bienvenida de un bebé o Baby Shower. El tema de la celebración era Bebe Floreciendo o Baby in Bloom, una bella manera de simbolizar el gozo del florecer de una nueva vida.Pido disculpas si me he vuelto reiterativa con el tema infantil en estos días (hija en la dulce espera y nuera recién dada a luz), pero cuando estoy cerca de una mujer embarazada, no puedo evitar recordar aquel poema, Maternidad, del poeta argentino José Pedroni que comienza diciendo:Mujer, en un silencio que me sabrá a ternura,durante nueve meses crec...
Te cuento que… <br/> por Suzan Matteo
Suzan Matteo, 231c

Te cuento que…
por Suzan Matteo

Hay días que invitan a pecar aunque sea un poquito. Ayer, 22 de noviembre, Santa Cecilia tocaba su arpa en el calendario y nos recordaba que hubo un tiempo en que la música servía para salvar almas. Hoy, domingo 23, llegó el Día Internacional del Café Expreso: esa otra forma, más terrenal, de redimirlas. Dos días seguidos para gozar (uno celestial, otro mundano). El primero nos inspira y eleva; el segundo nos despierta y nos pone las pilas. Santa Cecilia, mártir y patrona de los músicos, fue decapitada por negarse a renunciar a su fe. Cuentan que, mientras moría, seguía oyendo cantar a los ángeles. No me declaren blasfema, pero yo sospecho que, si hubiese tenido a mano un buen espresso, también habría resistido mejor el suplicio. En el fondo, fe y cafeína son parientes cercanos: amba...