Cat and Bird
Paul Klee, 1928
Me alfabetizaron en inglés. Me costó mucho. Me mostraban el dibujo de un gato y me decían que no era un gato sino un cat. Su nombre empezaba con c, insistían, y hacían el sonido de la c, pero para mi debía ser el de la g, que no la pronunciaban como je sino como ge, de gota. Válgame, ¡Dios, como iba uno a aprender! Y así fue como, a los tropezones, que me enseñaron a escribir cat mientras me mostraban un gato. Yo, por agradar nomás, repetía todo rapidito como que para salirme de la cosa.
Pero hete aquí que vine saber que Guillermo Jaim Etcheverry, ex rector de la Universidad de Buenos Aires, dijo que al concatenar las ideas escribiéndolas a mano uno se expresaría con más armonía que al teclear en un computador. O sea, habría algo en el proceso de escribir a mano que nos ayudaría a escribir mejor. No por la letra, que la mía sigue siendo un desastre, sino porque al escribir las palabras a mano uno hilaría mejor los conceptos; o así me pareció entender.
Me gustó la idea, pero no me convenció. El Rector sonaba al Manolito de Mafalda diciendo que hacía mejor las cuentas en la bolsa del almacén que en el cuaderno de la escuela. Sin embargo, hurgando, descubrí que las personas podrían aprender mejor el árabe escribiéndolo a mano que viéndolo en un video o usando un computador para escribirlo. O sea, el antiguo Rector podría tener más razón de la que yo podría hacerle justicia escribiendo este texto en un computador.
Eso sí, aun no me gustan los cats.
Alfredo Behrens es PhD por la University of Cambridge, alecciona Liderazgo para las escuelas de negocios FIA, en São Paulo e IME en Salamanca, y es Presidente del Consejo de Estratégia de la Universidade Fernando Pessoa, en Oporto, donde reside. Algunos de sus libros pueden ser comprados a través de Amazon.