¿Estás conectado a algo? Si no, me parece que tenemos un problema. Y estoy hablando tanto de conexiones con cable como de las inalámbricas, como el bluetooth.
Cada vez más ver y hacer cosas en grupo se termina. Más gente anda oyendo y viendo por su cuenta redes sociales, clases on line, servicios religiosos, en resumen, hablando con alguien que nunca está de cuerpo presente.
Se considera que eso es señal de estar al día, de estar vivos. Pero no sé yo.
No es que quiera volver a las sesiones televisivas en familia, donde todo el mundo oía porque sí el programa de moda y tenía que aguantar las mismas propagandas que duraban como un cuarto de hora, si tenías suerte. Pero por lo menos todos, así discutieran o se enojaran, estaban en un mismo plano de comunicación.
Ahora no. Cada uno tiene su aparato y cuando nos sentamos en grupo, cada quien tiene un cable pegado a la oreja, viendo u oyendo cosas distintas. Además, tenemos en propiedad un pedacito de la inmensa nube de datos que hay por ahí donde guardamos nuestras memorias, planes y esperanzas.
Cargamos con un largo etcétera de dispositivos caseros que ocuparon sin sangre el lugar de los diarios, las cartas, los libros y las fotos en papel, a saber, los discos ópticos, los compactos, los discos duros, los de video digital y un paso más allá, los servidores.
¿Qué tal? Que no se te pierda tu disco duro o que el cable con que lo conectes no se te tuerza o se te rompa, porque estás frito (a). La conexión internet tiene que existir. Así se construye el mundo de nuestras memorias, entre un whatsapp y una foto tomada con el celular para el Insta.
Por lo pronto, la acumulación es tanta, que el otro día me desesperé y empecé a borrar como loca casi todas las fotos que tenía en el teléfono, ante aquella cantidad inmanejable que, para colmo, aunque las borré, siguen en la nube.
Me imagino que alguien hará algo con las mías y con las de todo el mundo… alguna vez. El futuro virtual promete un congestionamiento monstruoso, a menos que exista un orden próximo que yo la verdad no me puedo imaginar, con lo unidos que vamos todos en este momento.