Mi papá siempre decía a propósito de cualquier manifestación de coquetería femenina: “es que no pueden negar que son hijas de Eva”.Hoy lo recordé porque cuando iba a unirme a una fila, nos pasó por el frente un señor con mucha prisa que empujó el hombro del hombre que se convertiría en la persona antes de mí en la cola. Cuando llegué más cerca él movió su brazo a modo de defensa, a lo que yo le dije: “no se preocupe, que no lo voy a empujar”. Para mi enorme sorpresa me respondió: “¿de verdad no me va a empujar? ¡qué pena!” Aquello me pareció di...