No se puede cocinar sin él en Hispanoamérica, España y Asia, pero se compra en todo el mundo. El mayor productor es China y los mayores consumidores, Indonesia, Brasil y Malasia. En Europa, los ajos españoles acaparan las ventas.
Y es que tiene muchas ventajas. No solo se come, sino que es antibiótico, antiséptico y cosmético, porque ayuda a rejuvenecer la piel. Se recomienda para mantenerse sano comer un diente al día. Además, mezclado con alcohol o con agua, es un anti-plagas seguro contra pulgones y otros insectos de los jardines.
Es uno de los cultivos más antiguos. Se cree que se originó en el sudeste de Siberia y lo usaban los egipcios, romanos, griegos e hindúes como medicina. Su nombre deriva del céltico All, que significa picante. En la Edad Media, colgarse una ristra al cuello protegía de las pestes, y de allí a convertirse en un famoso dispositivo anti vampiro fue un paso.
Su olor penetrante y su abundancia lo hicieron alimento de pobres, y hasta El Quijote sospechaba de la campesina Aldonza Lorenzo, con quien le querían burlar haciéndole creer que era su amada y noble Dulcinea, porque le olía a ajos crudos.
Si quieres cultivarlos en maceta, desgrana una cabeza y planta varios dientes con el pico hacia arriba, la tierra hasta la mitad del diente con diez centímetros de distancia entre uno y otro y entre hileras. La tierra debe estar bien suelta, porque es un bulbo que odia la tierra dura y apelmazada que no le permite crecer. Debes enriquecerla con compost y ceniza. Los ajos tiernos para ensalada están en tres meses, pero si quieres cabezas, paciencia, porque se tardan ocho meses o más. Los ajos morados son los que tardan menos.
Riega bien en los días secos porque necesita agua. Cuando las hojas empiecen a secarse y amarillear, no riegues más, dóblalas y espera una semana para desenterrar las cabezas y dejarlas secar bien en una bandeja.
Otra forma, es colocar un diente de ajo en un vaso con agua. En una semana emerge un penacho verde que puedes trasladar a tus jardineras. Los ajos son un espectáculo y un ahorro considerable una vez que se establecen en tu casa.