El mundo de la moda despidió a uno de sus grandes, el japonés Issey Miyake, quien, si bien se había retirado de las pasarelas, concentraba sus esfuerzos en la investigación sobre tejidos, trabajo arduo y silencioso que desarrollaba en su país natal.
Miyake encarnó originalidad e innovación. Su ropa no sacrificaba el cuerpo, le permitía comodidad en sus movimientos con una estética muy especial. Su cultura estaba en las creaciones vesturales, un eterno coqueteo con el plegado. Amaba la simplicidad y concedía importancia a cada eslabón de la moda, desde el cortador hasta las costureras, pasando por los bordadores, lo que mostraba que tenía verdadero sentido de la industria pues sabía que no dependía de una sola persona, sino que son muchos los que empujan la carreta del éxito.
A los 7 años conoció la tragedia con la bomba atómica y trabajó para que esos recuerdos no lo dominaran, por eso se aferró a lo nuevo en busca de la esperanza con artículos donde la comodidad jugara con la originalidad y la estética. Su trabajo habló del futuro a través de su lenguaje filosófico.
Mientras despido a este creador inmenso, se descubre a otro que viene de un mundo opuesto, aunque la tragedia también marcó su infancia. Me refiero al colombiano Esteban Sinisterra, quien a los seis años se sumó a los desplazados huyendo de los grupos armados que azotaron a Colombia.
Sinisterra suma fama vistiendo a una política, Francia Márquez, y lo hace porque sus trajes hablan de reivindicación. A los quince años decidió contribuir a la economía familiar con una máquina de coser y tuvo que enfrentar los prejuicios de su padre y de sus vecinos. Comenzó como un autodidacta, creó una marca, Esteban African, y aspira ir a París a completar su formación.
Sinisterra exalta a una raza oprimida, destaca el trabajo de las artesanas y quiere insuflar alegría y libertad a las mujeres colombianas. Su fama crece, debutó en Colombiamoda. Sus coloridos trajes honran sus ancestros y muestran la biodiversidad colombiana. Este joven escribe su propia historia a través de sus trajes.
Comunicadora Social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas. Ha ejercido el periodismo en galerías de arte, en el diario El Universal, mantiene el espacio Madame Glamour en el programa radial Las entrevistas de Carolina. Escribe de moda, arte y estilo de vida.
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